Por Gregorio Martínez Moctezuma
Coordinador editorial Azteca 21
A mis primos Araceli y Óscar, y a sus hijos, en Tepotzotlán, con afecto y agradecimiento
Ciudad de México.- 15 de Marzo de 2012.- Pasan los días ineluctablemente y nos llevan entre sus alas, irremediablemente. El tiempo, esa agua entre los dedos, nos envuelve de sentido, de vida; también de nostalgia cuando ha transcurrido. Inexorablemente, llegó el 27 de febrero y mi mente se pobló de imágenes y sonidos entrañables; también de alegría y tristeza, de música, alternadamente. El tiempo me ha marcado indefectiblemente, así, me he vuelto un recipiendario de la añoranza, de los tiempos idos, del que considero mi México entrañable. Pocas personas encarnan, para mí, esta sensación, esta idea, como don Leandro Corona Bedolla, el emblemático músico michoacano de los conjuntos de arpa grande.