Un bronce que sabe a oro

Un bronce que sabe a oro

La pirinola deportiva
Daniel Higa Alquicira

Gira, gira,  gira la pirinola y esta semana nos presenta…
– Medalla de bronce en Campeonato Mundial de Atletismo
– Éder Sánchez rompe con el maleficio
– Y después de Ana Guevara qué…

– Gana uno…
Éder Sánchez rompió con el maleficio que tenía la marcha mexicana en los Campeonatos Mundiales de Atletismo. Con una muy valiosa medalla de bronce (que para la realidad que vivimos parece de oro), el originario del Estado de México subió al podium y finalmente, después de un poco más de ocho años, la bandera tricolor estuvo presente en el cielo alemán.

Pero México nunca ha sido una potencia en estos campeonatos. Siempre se asiste y se compite en muy pocas disciplinas y en escasas ocasiones se han logrado triunfos. Las más vistosas y espectaculares fueron las de Ana Gabriela Guevara, que en los 400 metros planos era una de las más veloces del mundo y generalmente siempre alcanzaba lugar en el Podium.

El caso de Éder Sánchez es una muestra de la disciplina y el trabajo que un atleta de alto rendimiento debe imponerse como hábito rutinario en su preparación. Todos nos acordamos de su actuación olímpica, hace un poco más de un año, en donde su participación dejó mucho que desear por las posibilidades reales con las que llegaba a Beijing para buscar alguna medalla.

Con un quinceavo lugar en los 20 km olímpicos, la prensa fue muy dura y sus declaraciones, que tenían mucho de verdad, quedaron como el mejor ejemplo de la mala planeación y cuidado que se tiene con los atletas mexicanos.

En aquella ocasión Éder declaró: ““Fue una competencia bastante dura, al principio iba bastante bien pero de repente me empecé a sentir un poco mal, tenía agruras por la comida de ayer; no me sentí como yo quería al final. Los músculos se me empezaron a acalambrar, el calor me empezó a agotar no me sentí bien del estómago y bueno, pues ni modo”.

Hoy todo es diferente. Es tercero del mundo en su especialidad y se une a la lista de los muy distinguidos medallistas en caminata en los Campeonatos Mundiales de Atletismo. Ahora, además de Éder Sánchez, está Ernesto Canto con oro en 50 km. en Helsinki 1983; el otro oro de Daniel García en los 20 km en Atenas 1997; y los bronces en los 50 km de Miguel A. Rodríguez y Edgar Hernández en Atenas 97 y Edmonton  2001 respectivamente.

Pero no hay que olvidar que la marcha mexicana era uno de los deportes con más presencia en el mundo deportivo. Es una de las disciplinas que nos ha dado medallas de Oro en Juegos Olímpicos y se convirtió en una gran escuela para los atletas latinoamericanos y hasta los europeos reconocían la calidad y talento de los marchistas mexicanos.

Esperemos que este sea el inicio de un repunte de la caminata mexicana y que las nuevas generaciones puedan aprender y desarrollarse como aquellos andarines gloriosos que hicieron vibrar al país al cruzar la meta en los primeros lugares, o incluso, cuando todos sentíamos la impotencia de ver a los jueces descalificar a los nuestros en plena competencia.

Pero sigue quedando una duda en nuestro deporte que desde hace muchos años no podemos responder. ¿Y después de Ana Gabriela Guevara quién sigue…? Han pasado muchos años desde que se convirtió en una realidad para el deporte mexicano, tiempo suficiente para preparar a las nuevas generaciones y que un solo atleta, uno sólo, pudiera ocupar el lugar que un día dejaría vacante la velocista. Y ya llegó ese día y no hay nadie, al menos en puerta, que la pueda sustituir. ¿Hasta cuándo será…?

Felicidades pues a Éder Sánchez y a su entrenador que también es su padre…

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