Por Vicente L. Avendaño Fernández, Doctor en Derecho, consultor legal, abogado postulante y académico universitario
Puebla, México.- 6 de mayo de 203.- (Foto: Tomada de la Internet) Recientemente un juez federal ordenó la suspensión de las corridas de toros, debido a una demanda de amparo que promovió una asociación animalista, lo cual ha causado que todos los preparativos y derrama económica no se dieran, afectando a ganaderos, comerciantes, restauranteros y hoteleros.
Yo soy un abogado que cree en las libertades y me da mucha tristeza ver que en nuestro país vamos hacia atrás en muchos temas, incluyendo los legales, teniendo a los grupos antitaurinos como la mejor expresión de la ignorancia, intolerancia y simulación.
En primer lugar, hay muchos otros problemas más graves, como la corrupción y la delincuencia, que afectan totalmente a la población y esto no se soluciona con la prohibición de la tauromaquia.
Además tenemos una gran doble moral, a diario se sacrifican miles de reses, cerdos y pollos en condiciones lamentables, pero a pocos les importa porque no es algo que se vea públicamente, es entonces que para los antitaurinos está bien matar animales mientras no lo observen, eso me parece algo muy hipócrita. También hay que decir que el animal mejor cuidado sobre la faz de la tierra es el toro de lidia, el cual tiene un Adn único, cuya existencia tiene sentido solo en la dimensión de la violencia. Es obvio que esto resulta grotesco para muchos, pero precisamente hay que conocer a fondo para entender a la fiesta, la cual se ha ganado, con todo merecimiento, el calificativo de la más culta del mundo.
El fundamento para suspender corridas está en el artículo 4º constitucional, el cual dice: “Toda persona tiene derecho a un medio ambiente adecuado para su desarrollo y bienestar” y según los pseudo animalistas las corridas atentan contra esto y los jueces de distrito compran la idea de una forma totalmente equivocada. Basta ver el santuario ecológico que es el campo de crianza del toro de lidia, donde coexisten diversas especies de flora y fauna, todo protegido por el derecho agrario, a diferencia de los refugios de perros callejeros, donde los canes ocupan un espacio minúsculo, comiendo al lado de sus heces y amarrados, condenados a una existencia miserable, a diferencia del toro de lidia, que es amo y señor del campo y muere con honor, sin dolor alguno por la adrenalina producida y mostrando la grandeza del animal más bello y bravo del planeta, cuya existencia está amenazada por quienes dicen protegerlo, ya que de ser abolida la tauromaquia, el toro de lidia se extinguirá. Recordemos lo que pasó con los animales quitados a los circos, en su mayoría acabaron en manos de taxidermistas, lo cual nos advierte que estas propuestas populistas e ignorantes son una simulación perversa que atenta contra la vida de los diferentes criaturas que salen afectadas.
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