-Jaloneo China vs EUA

El actual mapamundi comercial sigue cambiando mientras se atisba un cercano cambio de hegemonía económica con China desbancando a Estados Unidos, lo cierto es que se están formando no sólo bloques sino enormes pangeas bautizadas bajo el libre comercio.

Y es que los tres motores viento en popa dinamizantes de los reacomodos son: China, Estados Unidos y la Unión Europea (UE); el primero, es el rey de la maquila barata, los escasos costos de producción, el merchandising del mega low cost; los otros dos, paladines del proteccionismo, enarbolan la piel sensible  que no acepta que otros produzcan mejor y a más bajo precio.

Mientras el gigante asiático defiende cero trabas y se escuda bajo los costos de producción para comerse los mercados de un bocado soslayando la calidad, Estados Unidos cada vez recurre a nuevas tácticas para proteger a sus productores locales inclusive aunque existan de por medio  sendos acuerdos y tratados comerciales.

Si acaso México lo sabe mejor que ningún otro a lo largo de 21 años del NAFTA (North American Free Trade Agreement por sus siglas en inglés) o TLCAN  han sido en los paneles de controversia donde se ha buscado la solución de diversos conflictos que obstaculizan, obstruyen, el sano cauce del libre comercio.

Generalmente ha sido el país azteca, el que ha hecho eco de su paciencia para soportar todo tipo de impedimentos en contra de sus aguacates, su atún, el cemento y hasta  el transporte de carga.

Las constantes quejas de los productores estadounidenses -por cualquier nimiedad- se trasladan al respectivo lobby en suma llegan hasta el Congreso y terminan con alguna cláusula de protección o la derrama de determinado subsidio.

A COLACIÓN

La realidad es que el libre comercio no es la ventanilla transparente ni el fast track que todos esperan, una cosa es lo deseable y otra lo real; ello implica que en la práctica el laissez faire laissez passer  es trastocado por infinidad de factores desde la mano proteccionista gubernamental hasta un sinfín de triquiñuelas por parte de los productores para ser más competitivos por la vía de las subvenciones para bajar los costos.

Pero hay que decirlo las reglas del comercio la ponen los grandes jugadores del tablero mundial: China, Estados Unidos y Alemania quienes además son los que van tirando del carro de los acuerdos, asociaciones y tratados a conveniencia.

China, desde el seno de la APEC (de la que México es miembro) le ha disputado el liderazgo a Estados Unidos imponiendo su visión de alcanzar al interior, entre los 21 países miembros, un acuerdo de libre comercio en el área  lo que implicaría  reducir aranceles de forma coordinada.

Se trata de un tremendo reto para  llevarlo al papel y comenzar a instrumentarlo a partir de la próxima Cumbre de la APEC, en Perú, en 2016.

No obstante,  las ambiciones liberalizadoras chinas también pasan por la hegemonía en la Asociación Económica Integral Regional (RCEP) y para no quedarse cortos también avanzan en negociaciones con la Unión Económica Euroasiática (Rusia,  Bielorrusia, Kazajistán, Armenia y Kirguistán) para desarrollar una zona de libre comercio.

China  es el maquinista del tren del comercio global, en 2014 reportó un superávit que significa el 3.69% de su PIB con unas exportaciones por 2.343 billones de dólares, de acuerdo con datos del FactBook de la CIA.

Por su parte, Estados Unidos es el segundo en la locomotora, su vagón sigue siendo de lujazo en está disputa por el liderazgo comercial si bien no logró imponer sus condiciones en Asia a través de la APEC su férrea apuesta por el Acuerdo de Asociación Transpacífica (TPP) es clara y decidida a tal grado que acelera ganándole, en apariencia, tiempo a los chinos.

El TPP (México es miembro) el propósito fundamental de Obama es disputarle el boyante mercado asiático a los chinos es una jugada que busca eliminar una torre y hasta un caballo pero todavía queda mucho tablero porque Rusia es un mercado relevante y hasta ahora los norteamericanos no lo consideran les pasa igual ignorando a la India.

El presidente Barack Obama lo ha celebrado como un gran triunfo en el ocaso de su administración tomando en consideración que son doce países los que se añaden a un cónclave que busca reducir 18 mil categorías aduaneras.

 

 

 

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