¡Espeluznante!

El encierro de Montecillo, nos mantuvo en vilo a través de las pantallas para los que la vimos por televisión, seguramente en la plaza en vivo el ambiente fue muy tenso. El propietario de la ganadería es Paco Medina quién fue capaz de poner en valor una vacada como El Ventorrillo, venderla después y volver a la carga con otra divisa y otro proyecto. Ese es el de El Montecillo, que ya ha tenido ejemplares destacados.

El 30 de mayo a la plaza madrileña, envío un encierro morfológicamente distinto solo dos de los ejemplares parecían Domecq que es su pie de simiente, en los demás percibimos Concha y Sierra y Núñez. En el sexto que le tocó en segundo turno a Adame también recordamos al toro de Peñajara que cogió en el cuello hace algunos años a Joselito el madrileño en ese mismo ruedo.

Ante la dura corrida, se presentó el reflejo de Miguel Abellán recuperándose de una operación en el riñón y con un semblante que acusaba la etapa de recuperación, pero no quería perderse una segunda tarde en Madrid al haber cedido su puesto a Adame días antes. Su tarde de gesta empezó cuando tomó el capote y se fue a la puerta de toriles a esperar de rodillas a su primero. Con la muleta en un cite a larga distancia en el momento del embroque el toro fiero y codicioso en extremo lo arrolló, el vestido de Abellán quedó manchado de sangre, tambaleante se paró a sortear el genio del carácter del toro que se encontró con la torería de Abellán, quién se fue a la enfermería a recuperarse de la paliza.

Paco Ureña, torero murciano era esperado en Madrid, a él le tocaron dos huesos duros de roer en los toros de El Montecillo, hasta que finalmente en el segundo de su lote lidiado en cuarto lugar (para darle tiempo a Abellán a recuperarse) en un pase de pecho fue alcanzado por una cornada que penetró el muslo. Se fue a la enfermería por su propio pie y en el camino hubo una escena dramática, Paco se encontró con Abellán que salía para lidiar a su segundo toro. Torería frente a torería.

Luego vendría una actuación decidida con muletazos de gran mérito, en los que Miguel en su rostro reflejaba la convicción de triunfar, pero también el dolor por el que pasaba por los golpes recibidos en su primero y también por la etapa de recuperación de la operación no concluida. Cuando se fue detrás de la espada, nos fuimos con él y la logró de tal manera, que la oreja que consiguió será para siempre recordada, la vuelta al ruedo maltrecho pero lleno de torería con el trofeo en la mano, será una de las escenas inolvidables para la plaza de Las Ventas.

Y no se arredró Joselito Adame con un lote muy complicado y un molesto viento. Su primero era de corto recorrido, embestía con la cara alta y tiraba cornadas cuando se acercaba José hacia los tobillos. En su segundo que de alzada le llegaba a la cabeza del torero, el que parecía de Peñajara, logró muletazos meritorios para cerrar un tercio de corridas en San Isidro y salir de Madrid confirmando la torería de un matador cada día más maduro.

La corrida en pocas palabras fue dramática; es lo que suele ocurrir cuando salen toros fieros y peligrosos, y les plantan cara tres toreos decididos que buscan el éxito sin arredrarse con la torería de la que son capaces, aquí cupo el salieron a jugarse la piel de manera firme y decidida, por eso salió herido Ureña y apaleado Abellán. Gracias a Dios salió completo Joselito Adame, gracias a su capacidad y a la Providencia que algún papel juega para los que somos creyentes.

¡Olé por los tres y finalmente por el encierro, esas tardes son oxígeno para la verdad del toreo!

Fuente: (suertematador.com)

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