PIB y empleo, ajuste global

Todavía la aldea global no logra recuperar el camino del crecimiento más  estable quizá porque varias de las economías más industrializadas y con mayor participación en la generación de la riqueza mundial, continúan enfrentando una serie de vicisitudes.
En esta Primavera soplan aún vientos helados, el PIB global empieza a enfriarse, ante el azoro de muchos mandatarios inquietos por anunciar  a sus gobernados cifras y hechos que compaginen los unos con los otros.
No obstante, hay un binomio cuya resolución está convirtiéndose en un verdadero dolor de cabeza tanto para asesores pragmáticos como para economistas dogmáticos.
Me refiero por supuesto al del crecimiento y el empleo, lo más deseable sería que el crecimiento económico redundara en la generación de puestos de trabajo, la absorción de una parte de la mano de obra y la oferta profesional disponible en el mercado.
Y que además, al incrementarse la riqueza de un país, ésta fuera fuente de extensión del PIB per cápita y con ello poder dinamizar otras variables tales como el crédito, consumo, inversión;  el gasto y la demanda.
No vamos a entrar en un debate teórico entre escenarios  de pleno empleo y las consecuencias advertidas por eruditos. Todo lo contrario, de lo que se trata es de analizar,  lo que acontece en la realidad cuando empieza a ajustarse el PIB esperado y las expectativas de crear empleos en determinado lapso de tiempo se convierten entonces en quimeras.
La realidad no engaña: sin crecimiento económico no se puede generar empleo, no hay forma de absorber por los causes legales y lícitos a la cantidad de personas dispuestas a contratarse a veces en condiciones de abaratamiento y pérdida de prestaciones.
También es verdad que si el empleo únicamente computara en las estadísticas como aquél en “que la persona que  lo realiza tiene un contrato con las prestaciones de la ley; y sin importar el número de horas”, las cifras de desempleo eclosionarían.
Tendríamos un desempleo masificado, pero como en la práctica la gente vende su mano de obra y formación profesional, a lo que las condiciones del mercado imponen, y éstas además dependen del momentum económico y  expectativas mediatas, por ende, encontramos muchísimas variantes de empleo. Y un disfraz para el verdadero desempleo.
A COLACIÓN
El 2014 huele ya a PIB magro, por tanto, empleo malo. Hace unos días el Fondo Monetario Internacional (FMI) anticipó “el enfriamiento del crecimiento”.
Unos países lo llevarán peor que otros, como siempre. Hasta China que vivió toda una década de expansión con tasas de crecimiento promedio de 10% anual, de 2000 a 2010; enfrenta entornos del 7% lo que para su motor y engranaje demográfico no son precisamente buenas noticias.
Según las estimaciones del FMI, China podría cerrar 2014 con un PIB del 7.5% y del 7.3% en 2015.
Otros países como India, podrían alcanzar un PIB de 5.4% este año y de 6.4 en 2015; mientras que Brasil, con todo y que será sede del Mundial de Fútbol y la importante derrama económica esperada, su crecimiento estimado es de 1.8% en 2014 y de un poco más en 2015, con un 2.7% de PIB.
Rusia, hasta el momento, la expectativa de PIB es marginal de 1.3% este año y de 2.3% el próximo; pero aquí subrayamos que es un panorama elaborado por los técnicos del FMI siempre y cuando todas las variables permanezcan constantes como se había manifestado en el momento de las proyecciones.
Esto significa, que por supuesto, de desatarse la conflagración bélica entre Rusia, Ucrania y Kiev, la economía de guerra podría alterar el panorama del magro crecimiento ruso.
En el caso de México, el FMI, anticipa un PIB de 3% en 2014 y de 3.5% en 2015 muy ligado a los vaivenes de Estados Unidos, el principal socio comercial del país azteca.
Así, Estados Unidos, según el FMI, obtendrá un PIB de 2.8% en 2014 y 3% en 2015.
Respecto de la zona euro, el organismo internacional, señala un crecimiento promedio del 1.2% este año y 1.5% el próximo. Todavía, la eurozona no termina de salir avante de la crisis que le azota desde 2008 y la preocupación extiende entre la población que observa las enormes dificultades para hacerse de un empleo.
Los cuatros motores relevantes de la locomotora europea se mantendrán en crecimientos escasos en 2014: Alemania con 1.7%; Francia 1%; Italia 0.6%; España 0.9%.
Para 2015, el panorama del PIB anticipado por el FMI, tampoco les alivia: Alemania 1.6%; Francia 1.5%; Italia 1.1%; España 1 por ciento.
En fin, que ni con reformas ni sin reformas, la fórmula para dinamizar el crecimiento y hacerlo sostenible tiene que  rediseñarse.

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