En conferencia realizada la tarde de ayer, la autora de la obra comentó que para desarrollar este trabajo se diseñó especialmente una serie de máscaras para acoplarse al rostro de cada uno de los actores, con lo cual se acentúan las características de sus personajes y de las situaciones por las que atraviesan.
La obra presenta la travesía de la familia Arteaga, que debe desplazarse desde su pueblo a los Estados Unidos para intentar alcanzar un mejor nivel de vida. Desde luego que para ello cruzará las frontera norte de manera ilegal; pero lleva consigo sus propias costumbres y aquellas tradiciones que dan forma a la idiosincrasia nacional.
En particular, Martínez Álvarez echa mano del Día de muertos y el Halloween para reflexionar acerca de cómo se ha dado el sincretismo cultural entre ambos países, un hecho con el cual viven todos los migrantes en América Latina. Además, desarrolla todo el trabajo escénico de una manera divertida, con especial acento en la imaginación, para establecer así un vínculo con el espectador.
Detalló que la obra incluye composiciones de Eugenio Toussaint, mismas que son interpretadas con marimba. El instrumento aparece para acompañar tanto la aparición en escena de los personajes como para complementar la narración de la historia. Se trata de un recurso al cual los niños y jóvenes están acostumbrados, pues es así como se cuentan los programas de televisión infantiles.
Sin embargo, aclaró que no se trata de un recurso proveniente de ese medio de comunicación, sino de una manera de establecer un punto de identidad entre la obra y los espectadores, pues es innegable la influencia de los programas y series en las audiencias contemporáneas.
Acerca de las caracterizaciones creadas para los personajes, que son la niña Tina, sus padres, un amigo fronterizo, la abuela muerta, una hada y las calaveras, la directora de la obra comentó que todos ellos emplean medias máscaras para poder hablar de manera fluida, pero también para otorgarle personalidad a cada uno de ellos; los diseños tiene influencia de la rica tradición mexicana, en particular de las hechas de barro y de las provenientes del estado de Michoacán.
“Cada una de ellas está moldeada sobre el rostro de cada uno de los actores, así que cuando hablan, todas las partes de la máscara y de su cara están perfectamente acopladas, lo cual produce un efecto particular, de mayor detalle en los gestos y la propia interpretación de los personajes. Lo cual provoca que el espectador quede atrapado por lo que sucede en el escenario.
“Mientras que la historia, si bien toma como contexto el fenómeno de la migración y las consecuencias que implica que una persona deje su lugar de origen, lo que buscamos es darle una interpretación distinta. Es decir, nos enfocamos al hecho de cómo esta niña sigue a su papás hacia la frontera y lo primero que quiere hacer es llevarse con ella a sus muertos, es decir, sus tradiciones, como lo hacen todos los migrantes; todo lo que aparece en el escenario es simbólico, no hay elementos vistosos, pues se trata de provocar la imaginación”.
El viaje de Tina tendrá temporada en el Teatro del Centro Cultural Helénico del 13 de enero al 14 de abril, con funciones los domingos a las 13:00 horas.
Fuente: (CONACULTA)
