Peña Nieto: paz y pobreza

El formato no tuvo muchos rodeos y la verdad es que se agradece un discurso breve y bien estructurado que destaca las ideas y redondea las propuestas.
Esencialmente el presidente Peña Nieto habló de 5 propósitos de año nuevo: 1) Trabajar por un México en paz. 2) Alcanzar un México con menos pobreza y más igualdad. 3) Mejorar las leyes, instituciones y construir escuelas. 4) Mejorar la economía para  lograr un México próspero. 5) Que los mexicanos contribuyan con el desarrollo del mundo.
El punto focal que a todos aqueja en cada rincón de la geografía patria es sin  lugar a duda el relacionado con la narcoguerra que combate el Ejército y el desarrollo de una estrategia territorial muy del estilo de la guerra de guerrillas que hace tiempo narró en su libro Ernesto Che Guevara.
Por eso la preocupación de la gente en el sentido de que es necesario pacificar el país para que todos los días puedan realizarse actividades con la mayor tranquilidad posible.
La propia seguridad en el tránsito cotidiano en varias rutas de carretera en  México ha sido vulnerada precisamente por diversos grupos armados, que han encontrado en delinquir y aterrorizar a los viajeros, su diario vivir.
Todos sabemos de sucesos dolorosos que al respecto han acontecido a familiares, amigos, gente cercana o conocida. Una buena amiga, Karla,  recuerdo que me miró a los ojos y narró lo qué le sucedió a ella y dos de sus parientes cuando regresaban de McCallen y ya en territorio mexicano apenas  cruzar un retén, a los pocos metros,  su automóvil fue detenido por varias camionetas con gente armada. A decir de Karla, todos los delincuentes eran demasiado jóvenes.
Y como este hecho hay miles. Hay personas que lo dicen, o lo callan, otras denuncian y algunas  lo intentan olvidar.
No hay mejor forma de iniciar el año que sabiendo que el presidente Peña Nieto tiene como prioridad la pacificación y para lograrlo son necesarias diversas acciones en materia de seguridad, una logística de cuerpos operativos, detener el tráfico de armas desde la frontera; y lo más complicado, el desarme de los distintos grupos.
La Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA) junto con la Procuraduría General de la República (PGR) saben que la coladera del país para la entrada ilegal de armamento son tanto Tijuana como Mexicali.
Ambas ciudades fronterizas con Estados Unidos se ubican cerca de la  vorágine que sacude a la sociedad norteamericana dividida por el debate de familias y personas armadas como derecho constitucional y los desequilibrados de todas las edades que matan gente y niños inocentes.
Si bien en México, tanto la Sedena como la PGR, estiman que en el país circulan entre 15 a 20 millones de armas ilegales, todavía se especula que la cifra podría ser superior. De allí que la estrategia de Peña Nieto y la parte del gabinete que deba ser involucrado tendrá que estar perfectamente delineada, inclusive, una acción previamente consensuada con el presidente Barack Obama. Si no seguirá siendo una frontera incontrolable.
A COLACIÓN
Como decíamos en columnas anteriores cuánto han cambiado las prioridades de los mexicanos en los últimos doce años. Todavía al inicio del nuevo siglo y milenio el tema focal era pobreza, desempleo y desigualdad social derivada de la inequidad de la distribución de la riqueza.
En la actualidad es de segundo plano, aunque dado el desequilibrio de la pirámide social, también tiene que atenderse como un eje rector de las transformaciones anunciadas por el presidente Peña Nieto.
Para ello vendrán grandes reformas, la laboral fue un tentempié, y la educativa esperamos ver sus frutos, sobre todo para quitar del  magisterio a tanto maestro aviador.
Por lo pronto,  la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) con Rosario Robles al frente adquiere ese cariz de izquierda necesario para llevar los programas de transferencias monetarias condicionadas allá donde los más pobres dentro de los pobres no les han llegado ninguna ayuda ni orientación siquiera para romper con la pobreza heredada.
De acuerdo con datos de la Asociación  Nacional de Empresarios Independientes (ANEI), al cierre de diciembre de 2012, en México hay más de 54 millones de pobres, por lo menos 4 millones más, que los que el ex presidente Felipe Calderón reconoce haber dejado durante su sexenio.
Aquí también en el tema de la pobreza los programas deberán estar lo más focalizados para que los resultados sean duraderos y contribuyan a que una familia pobre salga de esa condición.
PD. Mi twitter @claudialunapale. Opina en mi blog http://claudialunapalencia.blogspot.com

Leave a Reply