José Pérez Sámano, el mayor coleccionista de discos de acetato, compactos, películas y libros sobre “Chava” Flores

Al subir al primer piso, los visitantes se pueden encontrar con el rincón de dedicado a The Beatles: tres paredes que tienen colgadas imágenes del cuarteto de Liverpool. Se parece al famoso bar La Caverna, donde empezaron su carrera.

Esto no es lo más destacable. En uno de los tres cuartos destinados a guardar su enorme colección de discos, un dibujo a lápiz de Salvador Flores Rivera, Chava Flores, enmarcado en madera se destaca por sobre las cajas que ahí se encuentran. Es el taller de reparación de los discos. Los otros dos cuartos están destinados a guardar acetatos de Flores y a un estudio, donde están los discos compactos.  

En el taller pasa horas reparando cada una de las cajas o estuches donde guarda los discos. Sobre el escritorio de vidrio hay destornilladores y pinzas con los que trabaja a diario, rodeado, por cierto, de una decena de cajas de archivo blancas, donde guarda sus tesoros.   

José Pérez Sámano es el mayor coleccionista de discos de Chava Flores en México. Sonriente se define como un melómano implacable que tiene más de 150 acetatos y 250 discos compactos del autor de “Llegaron los gorrones”.  Desde que te recibe en su casa se nota el gusto por este compositor: distintas películas con su música y libros completan su acervo.

Empezó esta afición en 1978 cuando compró el primer disco homónimo de Chava Flores y su hijo Israel se aprendió las canciones. En el vinil estaban integradas melodías como “La Bartola”, “La interesada”, “Sábado Distrito Federal” y “Los gorrones”, entre otros.

En 1983 llevó al pequeño Israel a los homenajes que le hicieron a Flores en el Teatro de la Ciudad y el Centro Cultural Universitario de la Universidad Nacional Autónoma de México. “Ahí lo conocimos. Nos hicimos amigos. Un día fuimos a su casa e Israel le cantó a Chava. Desde ese momento, cada vez que íbamos a un concierto, al único niño que dejaban subir al escenario era a mi hijo”, cuenta en entrevista.

Después conocieron a Rubén Schwartzman, el mejor intérprete que ha tenido Chava, cuenta Pérez Sámano, y entendieron más sobre la vida y obra de este compositor, tan arraigado en la cultura popular mexicana.     

A pesar de que su afición comenzó en los años setenta y se ha prolongado hasta nuestros días, Pérez Sámano escucha la música de este autor desde su niñez. “Nací en 1949 en Santa Úrsula. En ese momento era como un pueblo en la ciudad, yo vivía en una vecindad y sus canciones describían muy bien aquella época”, menciona.

Por ello no entiende que aunque haya compuesto más de 300 melodías —esas son las que se tienen registradas en el Cancionero de Chava Flores— y grabó diez discos, los productores y las autoridades culturales mexicanas lo tengan tan relegado.

“Los productores no lo querían porque era egresado de la universidad de la vida. Su música incomodaba y tenía, a veces, tintes políticos. En la canción ‘Vino la Reforma’, Chava dice: ‘El PRI solo nos da tripas gordas’”, comenta.

“Por su parte, las autoridades culturales no lo han valorado como corresponde porque no difunden su música. Los intereses comerciales y económicos se encuentran en otro lado. Él retrataba la pobreza y eso no le gusta a mucha gente”, explica Pérez Sámano.

José, quien viste pantalón azul y camisa a rayas, tiene discos de las distintas épocas de Chava Flores. Desde aquellos que se grabaron en los conciertos que realizaba en vivo en las peñas universitarias —según su hija María Eugenia Flores recorrió las universidades del  país cantando—, hasta materiales que grabó con sellos discográficos.  

El último disco que compró fue hace unos meses. De nombre Chava Flores, una colección inolvidable, el material contiene tres CD con algunas de las canciones más importantes del compositor.

Cada respuesta que da durante la entrevista, la hace acompañar de fotografías de su hijo Israel con el compositor de “Los gorrones”, con Rubén Schwartzman o con algunos de los discos, libros y películas que ha ido recopilando con tal de saciar su ansiedad a coleccionar material sobre su ídolo.

“Todo el tiempo estoy buscando discos. Suelo comprar dos discos, para tener una copia, por si acaso. Busco los acetatos en tiendas como Mixup, Gandhi y hasta en el metro Balderas.  No me importa cuánto me gasto en ello. No me importa si me endeudo”, comenta.

Claves

? A 25 años de haber muerto Chava Flores, la familia del compositor donó parte de su acervo a la Fonoteca Nacional.

? José Pérez Sámano prestará la discografía del compositor y cantante para completar la donación.

? Se espera que ello impulse la realización de más investigaciones sobre el cantautor mexicano.

Fuente: (milenio.com/Emiliano Balerini Casal)

 

Ilustración: Cortesía de Alfredo San Juan

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