Triunfa en París, “Calacas”, un espectáculo inspirado en el famoso ilustrador mexicano José Guadalupe Posada

aplaudidos de este otoño parisino.

Con su tropa de acróbatas ecuestres, Bartabas, el creador del teatro Zingaro -que antes recorrió India, Tíbet, las llanuras de Mongolia, para crear espectáculos llenos de música, danza y magia -, se sume ahora en México donde, desde los Aztecas, la muerte es un carnaval, una celebración, una fiesta.

“Primero pensé en inspirarme en la danza macabra”, el baile de la muerte en la Europa medieval. “Eso me llevó a México y a los ritos de la fiesta del Día de los muertos”, contó Bartabas a la AFP, tras el espectáculo de casi dos horas que provoca escalofríos, risas, y sobre todo, admiración.

El homenaje de Bartabas a la tradicional fiesta mexicana se traduce en escenas donde calacas manipuladas por invisibles hilos bailan con esqueletos jineteando hermosos caballos, o veloces carruajes llevando muertos vivos emergen detrás del público, sentado alrededor de una pista en forma de círculo.

En otros cuadros, que parecen salidos de la brocha de Goya, los jinetes del Apocalípsis cabalgan lentamente, mientras un esqueleto abraza a una bella damita a caballo, y la Muerte, convertida en acróbata, salta por cielo y tierra.

Y todo ello al ritmo endiablado de la música de dos hombres orquesta, los “chincheros” chilenos, Pepa y Luis Toledo-, o de arrulladores danzones, de esos que se escuchan en fiestas de pueblos o en cabarets llenos de alcohol y humo.

No podía faltar en esta fiesta de los muertos La Catrina, la empolvada y emperifollada calavera creada por el gran ilustrador y caricaturista José Guadalupe Posada (1852-1903), que la dibuja “en los huesos pero con sombrero francés con plumas de avestruz”.

Bautizada así por Diego Rivera, este personaje popular mexicano se burla, baila, ríe y monta veloz un caballo blanco en el deslumbrante espectáculo de Bartabas, que transmite ganas de reír y gozar de la vida, ante la inminencia de la muerte.

“La vida es aquí, ahora”, recuerda a cada momento el espectáculo de circo, marcado por un humor negro, muy negro, pero siempre festivo.

“Toda obra de arte habla de la muerte. Sólo el hombre tiene conciencia de la muerte, eso es lo que lo distingue del animal”, señaló Bartabas, que nació en París en 1957 y que desde los tres años vive fascinado por los caballos, a los que pone en sus espectáculos en el mismo plano que el hombre.

Delgado, con largas patillas y el cráneo liso, Bartabas -que para este espectáculo trabajó con paciencia y amor con 27 caballos, entre ellos un “paso fino” de Colombia- no demuestra en cambio ningún afecto por las palabras, ni por las entrevistas.

“Ya dije todo lo que quería decir en mi espectáculo”, afirmó Bartabas, que adoptó este nombre hace 30 años, cuando creó su primer teatro ecuestre, el Circo Alligre. Pero “un baile de la muerte es también una lucha por la vida”, destacó.

“Calacas” se presenta en París hasta febrero, cuando partirá en una gira de dos años por Francia y varios continentes. “Quizá llevaremos el espectáculo a México”, adelantó.

Fuente: (Agencias)

 

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