muralista, ilustrador, escenógrafo, grabador y ceramista.
El lugar que albergará esta vasta colección hasta el próximo mes de enero es el Museo Mural Diego Rivera del Instituto Nacional de Bellas Artes. La curaduría corrió a cargo de la maestra Esther Echeverría; la maestra Julieta Ortiz Gaitán, una de las investigadoras más relevantes del tema de Roberto Montenegro; Esperanza Balderas en la parte de la cronología, asesoría y trabajo; así como Julián Martínez en la parte de la investigación.
Durante la apertura de la muestra Montserrat Sánchez Soler, directora del Museo Mural Diego Rivera, afirmó que es un honor presentar una pequeña parte de la obra de Montenegro, quien dijo es uno de los pintores más importantes de la escena artística de México durante casi 50 años de vida profesional.
Asimismo, Alejandra Peña subdirectora de Patrimonio Artístico Inmueble del INBA, habló de la importancia de mostrar la obra de este representante de la pintura mexicana y en nombre de la titular del Instituto Nacional de Bellas Artes, Teresa Vicencio, dirigió unas palabras al público.
“Los museos y galerías del Instituto Nacional de Bellas Artes realizan revisiones periódicas del legado artístico de México promoviendo que especialistas e investigadores se aproximen a él y ofrezcan nuevas miradas analíticas sobre las piezas y sus creadores, con ello mantenemos activo el patrimonio de los mexicanos y propiciamos que las jóvenes generaciones se acerquen pues en el futuro serán los encargados de transmitir su valor mediante el disfrute y el conocimiento.
“Hoy es el turno de uno de los mejores pintores de nuestro país, Roberto Montenegro, miembro de la llamada escuela mexicana de pintura y a quien le debemos una obra mural y de caballete en la que destacan sus retratos, esplendidos por su factura y que son, además, un documento iconográfico invaluable para conocer algunos de los personajes más transcendentes de la cultura mexicana del siglo XX.”
Por otro lado, la curadora de la muestra Esther Echeverría señaló que el pintor abarcó con una libertad proverbial un sinfín de técnicas, temas y tendencias. Debido a esto, afirmó que fue todo un reto el poder montar la exposición tratando de no dejar fuera ninguna de las etapas del pintor.
“Va desde lo clásico, ya que fue testigo del cambio a la modernidad, incursionó y en todas sus obras quedó su sello de un gran oficio. Es un artista que siempre imprime en su obra ese rigor y todo su aprendizaje en la Academia de San Carlos.
“Para realizar la curaduría me aboqué a este espacio con la connotación de lo pequeño que es para la obra magna que tiene este artista. Fue el escoger aunque fuera dos o tres obras de cada una de sus etapas y que no se quedara nada sin mostrar, inclusive encontré cerámicas y las ilustraciones que hizo, sus retratos y mucho más”, expuso la curadora.
Por su parte Julián Martínez, quien estuvo a cargo de la parte de investigación indicó que Universo de Montenegro. Fragmentos está dividida en dos núcleos en donde se encuentran un tanto mezcladas las diversas tendencias con las que trabajó Montenegro, desde art nouveau hasta modernismo, simbolismo, impresionismo, expresionismo, abstraccionismo, cubismo, nacionalismo, escuela española de pintura y muralismo mexicano.
“La exposición esta dividida en dos núcleos donde están un tanto mezclados todos los temas porque Montenegro en toda su producción nunca dejó los estilos académicos.
“En el primer núcleo podemos encontrar esta propuesta nacionalista justamente que se enfila en el proyecto de José Vasconcelos que pretendía a través de las imágenes educar al pueblo de México. Está aquí también toda la idea de la teatralidad y del espacio, con esos arlequines y esos payasos que el representa un poco embelesado con el carnaval veneciano, estos bodegones con estos fondos extrañísimos de repente, el surrealismo también porque es un pintor que navegó en los estilos.”
VEC
