Arturo Saldívar convence un su tierra saliendo a hombros en la Monumental de Aguascalientes

demostrando que quiere ser un torero importante, Saldívar le cortó una oreja a cada uno de sus astados estando bien con la espada.

Nada en esta vida se da por casualidad, sobre todo en el ambiente taurino y más concretamente en lo que se relaciona a los toreros, pues los triunfos que logran son basados en su esfuerzo, en el trabajo que va inmerso en toda una preparación, acompañada, claro, por la indiscutible voluntad que se tenga para ello.

Por eso, el claro y rotundo triunfo que obtuvo al joven espada Arturo Saldívar el pasado viernes en la Feria de Texcoco, cortándole cuatro orejas y un rabo a ejemplares de la dehesa de Julián Hamdan, no ha sido obra del “Espíritu Santo”, dicho lo anterior con todo respeto, ya que se trata de una evidente muestra de lo que quiere y puede hacer este torero en el camino que lo puede llevar a ser figura del toreo.

Tanto tiene de cierto lo que afirmamos que ayer, en la cuarta corrida de la Feria Nacional de San Marcos, en lo que fue su debut como matador de toros en el coso Monumental de Aguascalientes, que Arturo ha dado un paso importante en su carrera al tener un relevante éxito cortando dos apéndices, una de cada uno de sus astados, para salir en hombros entre vítores y palmas, además de “alzar la mano” de manera importante.

Ha sido una actuación la de Saldívar, como las anteriores de Joselito Adame y Juan Pablo Sánchez, plenas de convencimiento al público y de unificación de criterios, lo que nos podría marcar que estamos, si no dispone otra cosa algún torero de la nueva hornada nacional, anunciado en lo que falta del serial sanmarqueño, ante el nacimiento de la ya renovada “Baraja Taurina”, con sus impecables y frescos ases del toreo. Ya lo veremos.

Así pues, ante la que lastimosamente ha sido la entrada más floja de la feria en el coso Monumental, bajo un clima caluroso y algunas ráfagas de viento, salieron por toriles siete astados de la dehesa guanajuatense de Fernando de la Mora, siendo devuelto el quinto por falta de presencia y saliendo en su lugar el primer reserva también protestado por carencia de trapío. El encierro dejó que desear en términos generales. Sólo los corridos en primero y tercer lugares se salvaron de la “quema”.

Faenas de poco fondo

Una chicuelina de pintura por parte de Garibay.

Vestido de grana y oro, con faja y corbatín en negro, el defeño Ignacio Garibay, quien aún guarda enormes aptitudes para ser un torero grande, esta tarde no dio esa tarde que esperábamos verle, pues inclusive me declaro públicamente degustador de su toreo recio y artístico, por ello quizá es que demande más de él su esfuerzo, que lo hizo, pero sin el fondo que le hubieran sustentado sus dos faenas, que tuvieron pasajes de mucho valor pero sin conexión en los tendidos.

Hace el toreo cerebral y consciente de lo que ejecuta en el ruedo, sobre todo en esta ocasión y en su primer astado por el pitón derecho para ser llamado al tercio y en su segundo, tardo y soso, se dejó ver valiente y dispuesto para ser aplaudido, pero reiteramos, algo le faltó, principalmente si se toma en cuenta que está anunciado para torear en breve en el coso Monumental de Las Ventas de Madrid.

Merecida oreja

De champagne y oro, con cabos negros, faja y corbatín en negro, el andaluz Daniel Luque tuvo un afortunado debut en esta plaza y en su feria, con el toro “Cazador”, al que le cortó merecida oreja tras una faena que fue de menos a más, sobre todo cuando entendió que la faena, por lo rajado del burel, de la zona del tercio a las tablas, zona donde cuajó estupendos muletazos de buen oficio y mejor trazo por ambos pitones, además de hacerlo aseadamente en redondo. Terminó de estocada trasera y contraria. En el segundo de su lote, que fue devuelto por chico, en su lugar lidió de la misma casa ganadera titular que igualmente se protestó y con el poco se le tomó en cuenta al sevillano a pesar de su buen quehacer. Silencio.

Otro “gallo fino”

Y de blanco y oro, con faja y corbatín en rojo, Arturo Saldívar ha dejado una más que grata y evidente impresión de lo que puede ser como torero. Ha elaborado dos faenas de tinte diferente, la de arte y la de arrebato, la de clase y la de valor y, sobre todo, de contundencia a la “hora buena”.

A su primero, “Vinatero”, lo lanceó bien a la verónica y lo llevó al caballo con arte y soltura, además de quitar ajustada y vistosamente por tafalleras. Su faena de muleta fue a base de derechazos atemperados, de mano baja llevando al “socio” embebido en el engaño, realizando lo mismo por el pitón izquierdo, con clase y finura distinguidas. Más muletazos acompañando con la cintura y cargando la suerte y naturales lentos y parsimoniosos. Todo hecho bajo una impecable estructura torera. Terminó de pinchazo y estocada para cortar una oreja.

Y al segundo que le tocó en suerte, que intempestivamente saltó al callejón, lo toreó voluntariosamente con el capote, destacando su quite por chicuelinas. Lo mejor vino con la franela roja, una trasteo lleno de tesón y empeño por cuajar al toro, lo que logró con base en su poder muletero, imponiendo condiciones e indicándole al astado quién mandaba en el ruedo. Sus mejores momentos los vivió por naturales y su remate con la espada fue el indicativo inequívoco del sitio que tiene al dejar una estocada certera y con ello obtener otro apéndice que le redituó la triunfal salida en hombros. Ahí está otro “Gallo Fino”.

Ficha: Monumental de Aguascalientes, 4ª de Feria. Un cuarto de entrada. Toros de Fernando de la Mora, justos de presencia y desiguales de juego,  siendo regresado el que jugó en quinto lugar siendo reemplazado por uno de Vicky de la Mora,  justo de presencia y manso. Ignacio Garibay, aplausos en ambos. Daniel Luque, Oreja y aplausos y Arturo Saldívar, oreja y oreja.
Fuente:  (suertematador.com)

 

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