“Luna Cinema”, libro de Edgar Omar Avilés que crea su propia versión de lo fantástico a través de cinco historias

Omar Avilés (Michoacán, 1980), editado por el Programa Cultural Tierra Adentro de la Dirección de Publicaciones del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta).

En la presentación de Luna Cinema participaron los narradores Alberto Chimal, Eusebio Ruvalcaba, Verónica Murguía y el autor, quienes ofrecieron al público una visión sobre estos textos que recibieron el Premio Bellas Artes de Cuento San Luis Potosí 2008.

En Luna Cinema, Edgar Omar Avilés crea su propia versión de lo fantástico a través de cinco historias donde el universo está a punto de desaparecer y la única forma de sobrevivir es a través del recurso de la imaginación.

Este libro contiene los cuentos Luciérnagas brillan en la espalda, Historia de gallina, Las brumanosas, Luna cinema y El pantano de los peces esqueleto; con los que el autor continúa la tradición de esa vertiente literaria en México, no siempre reconocida pero que ha tenido cultivadores tan notables como Juan José Arreola, Francisco Tario, Amparo Dávila o Emiliano González.

Para Verónica Murguía, narradora y ensayista miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte desde 2001, Luna Cinema es un libro hilarante. “Cuando un lector se enfrenta con un libro tan imaginativo y extravagante como Luna Cinema es natural que se pregunte de dónde sacó el autor tantas imágenes, tantas situaciones enloquecidas y tantas palabras raras. Entre las palabras raras hay muchísimas que él inventó, que sirven para señalar animales carnívoros y situaciones en mundos paralelos.

“Según mi visión, la tesis es que el absurdo reina en el universo. Detrás de las imágenes locas hay un método. Aunque son cuentos muy extravagantes siempre se cierran circularmente y la lectura completa del libro da la impresión de estar frente a una espiral que se va desplegando”, consideró Murguía.

Eusebio Ruvalcaba, narrador y también miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte, indicó que hay muchas formas de hacer literatura y uno de esos modos consiste en darle la vuelta a las cosas, en recurrir a la imaginación y llevarla hasta su extremo más escalofriante.

“Cuando lo leído induce a la reflexión, como el libro de Edgar Omar Avilés, me atrevería a decir que la literatura se genera de la reflexión, acaso una reflexión honda y profunda, pero eso depende de cada quien”, indicó el escritor.

Edgar Omar Avilés planeó la creación de los cuentos de Luna Cinema como una propuesta para impulsar el arte de la literatura fantástica. En sus propias palabras “el género se ha menospreciado o se limita a Harry Potter y los relatos de dragones. La escritura fantástica representa una forma de arte siempre y cuando no se tomen como a la criada de la literatura”.

Alberto Chimal, Marcial Fernández y Jorge F. Hernández, jurados del Premio Bellas Artes de Cuento San Luis Potosí 2008, convocado por Conaculta, el Instituto Nacional de Bellas Artes, la Coordinación Nacional de Literatura y la Secretaría de Cultura del Gobierno del estado de San Luis Potosí, señalaron que “esta obra abre novedosos espacios, diferentes dentro del cuento tradicional mexicano”.

Por ello, Chimal insistió en que habría bastado decir que se trata de un libro mexicano de  literatura fantástica, pero consideró que lo que habitualmente es llamado así tiene dos problemas en nuestro país: el primero es que nuestra cultura tiene un carácter autoritario que se remonta al menos hasta la época de la Colonia; el segundo es que en nuestra época presente las palabras literatura fantástica nombran una categoría equívoca.

“La mayor parte de la gente las escucha y piensa en un tipo preciso de historias de entretenimiento, en general importadas de países desarrollados que utilizan una serie de temas y escenarios muy bien delimitados: magos, vampiros, etcétera, y en las que el juego cuenta con ciertos argumentos tradicionales, como la historia de la iniciación, la forja del héroe o los amantes desdichados, que se repiten con variaciones y siempre con el fin de volver a la realidad convencional, de reconciliar con ella a sus lectores”.

Por eso, el narrador prefirió llamar “literatura de imaginación” al libro de Edgar Omar Avilés. “Toda narrativa necesita de la imaginación, desde luego, pero esta época define su literatura realista a partir de la distancia de la imaginación, de su fidelidad con una sola imagen preestablecida de lo real. La literatura de la imaginación, en cambio, hace todo lo contrario: molesta a las mentalidades rígidas, incomoda y asusta a quienes creen en dogmas, encanta, maravilla y busca los caminos nuevos del pensamiento aún ante el riesgo del fracaso o de la locura”, dijo.

Algunas de las historias que revela Luna Cinema, muestran desde mundos donde uno de cada cinco humanos no existe y los cuatro que restan son quienes lo imaginan; hasta la trama de una pareja que vive encerrada dentro de una pantalla parabólica, la cual reproduce eternamente su acontecer.

Edgar Omar Avilés explica: “En este libro el lector encontrará que la realidad de los humanos se desintegra. El universo está a punto de desaparecer y la única forma de que sigamos existiendo es por la imaginación.

“De alguna manera hay un héroe, cada uno de los protagonistas lucha por restaurar su realidad y al menos rescatar lo que queda de ella. Los personajes encontrarán una salvación para reconstruir el mundo, en medio de los límites de la imaginación, el sueño y la locura, cuestionando la propia visión de las cosas”.

Edgar Omar Avilés estudió la carrera de Lengua y Literatura Hispánica en la Universidad Nacional Autónoma de México, es egresado de la Escuela de Escritores de la SOGEM, en el Distrito Federal, ganó el primer lugar estatal de cuento de los CETIS y CEBETIS en Michoacán, en 1997, promovido por el Colectivo Artístico Morelia.

El escritor fue ganador por su cuento breve Exlibris en 1998 y acreedor del primer lugar de poesía promovido por AJEF’s, de Michoacán; recibió el primer lugar en cuento breve de la Revista Punto de Partida en 2002, y fue primer lugar en el premio Binacional México-Québec de cuento, 2003. Asimismo, ha obtenido menciones honoríficas en distintos certámenes de cuento.

Entre sus obras se encuentran: El Deunkoza, la cual obtuvo una mención en el Premio Sofía Platín de ficción súbita, 2002; El Ojo, Genaro, La Ley cuento breve, ganador en concurso XXXIII de la Revista Punto de Partida, 2002; La noche es luz de un sol negro, Editorial Ficticia, 2007, finalista del Premio Nacional de Libro de Cuento “Agustín Yáñez” 2004; Luna Cinema, Editorial. Tierra Adentro, 2010, obra que recibió el Premio Bellas Artes de Cuento “San Luis Potosí” 2008; Embrujadero, Editorial Secretaría de Cultura de Michoacán, 2010, el cual ganó el Premio Michoacán de Libro de Cuento “Xavier Vargas Pardo” 2010; GUIICHI, Editorial Progreso, mayo de 2008, novela corta recomendada como lectura por IBBY-México en 2010.
MAC     

Fuente: (CONACULTA)

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