Matías Tejela corta un apéndice en la Plaza México, Luévano, sin suerte, Juan Chávez ovacionado

Peluquero, número 38, negro bragado y bien puesto con 540 kilos, verónicas acompasadas y remató con media dibujada. Con la pañosa, dos serie de derechazos en la boca de riego y con la siniestra, nada que comentar; volvió a la diestra para explotar el pitón más potable y ser aplaudido, muletazos de alíño, dos pinchazos, estocada y cuatro descabellos con un aviso entreverado para escuchar sepulcral silencio.

El cuarto fué Diseñador, número 24, negro bragado y cornidelantero con 508 kilos, con el cual no se acomodó con el capote; le brindó al cónclave capitalino, para dar toreros doblones y buenos muletazos por ambos pitones, mal con la toledana: tres pinchazos, estocada un descabello y un aviso para escuchar nuevamente silencio.

El madrileño Matías Tejela (grana y oro) con Cartero, número 55, negro bragado y cornidelantero con 515 kilos, poco con el percal y sin brindar, la mejor faena de la tarde con cuatro series de derechazos y una de naturales; se adornó con la tafallera y un pase de la firma para cartél; confiadamente se fué tras el acero para dejar un estoconazo y cortar una oreja que le fué otorgada por el juez de plaza Gilberto Ruiz Torres y le fué entregada por el alguacilíllo José Julián Ayala.

El quinto fué Bigotón, número 51, negro bragado y cornidelantero tocado del derecho con 485 kilos, el cual fué ruidosamente protestado por el público de sol y coreó olés de chunga; estoconazo, para escuchar aplausos y regaló un séptimo de la ganaderia de Jorge María, Bondadoso, número 841, negro bragado y cornivuelto con 490 kilos, bien con las verónicas y con la pañosa una faena solo por el pitón diestro ante la locura del público, fuerte petición de indulto y fatal con el estoque, pinchazo y estocada infame para escuchar tibias palmas.

El michoacáno Juan Chávez (oliva y oro) con Jugador, número 16, negro bragado meano y bien puesto con 520 kilos, verónicas aseadíllas y remató con una excelente larga, pero lo mejor vino con el quite: ajustadas chicuelinas. Con la pañosa, muletazos de tanteo del tercio a los medios y ahí, derechazos a media altura y naturales empezando con el cucurucho de pescado como los sirven en la Boquería de Barcelona; muletazos de adorno y fatal con el acero: tres pinchazos, estocada y tres descabellos con un aviso para escuchar benevolente silencio.

El sexto fué Buen Amigo, número 60, negro bragado y cornidelantero con 535 kilos, apuradíllas verónicas y quitó por asentadas saltilleras, al rematar fué empalado sin consecuencias que lamentar. Con la pañosa, muletazos aguantando los derrotes del astado en una faena valiente, lástima que volvió a fallar con la toledana, dos pinchazos y dos descabellos con un aviso entreverado para escuchar fuerte ovación en el tercio.

La Fiesta Brava, Valor, Técnica y Sentimiento

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Toros en la México

 

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