Con el concierto “Música para serrucho”, Francisco Javier Lledías abrió el ciclo “Rara Avis”, en el CENART

inaugural del ciclo  Rara Avis, la noche de este jueves en el Auditorio Blas Galindo del Centro Nacional de las Artes (Cenart-Conaculta).

El protagonista fue el violinista, compositor, arreglista y ejecutante de serrucho, Francisco Javier Lledías, quien acompañado por Victoria Eugenia Forte, violín; Josefina Hernández, piano; y Enrique López, contrabajo, interpretó un programa variado que incluyó arias operísticas, obras del repertorio clásico, música popular mexicana y una pieza de su autoría, entre otras.

Sposa son disprezzata, aria de la ópera Bajazet, de Antonio Vivaldi, interpretada a dúo por Lledías y la pianista Josefina Hernández, marcó el inicio de la velada y arrancó los primeros aplausos, un tanto tímidos, que luego se intensificarían y traerían aparejados los gritos de bravo, al concluir cada pieza.

Ya en formación de cuarteto, incorporados la violinista Victoria Eugenia Forte y el contrabajista Enrique López, ejecutaron O mio babbino caro, de la ópera Gianni Schicchi, de Giacomo Puccini; L’amour est un oiseau rebelle, de la ópera Carmen, de Georges Bizet; Bachiana Brasileira No. 5, de Heitor Villa-Lobos; Michelle y Yesterday, de Lennon y McCartney.

El programa se complementó con dúos de serrucho con violín y piano, en los que se escucharon los Ave María, de Franz Schubert y Charles Gounod; Un bel di vedremo, aria de Madame Butterfly, de Puccini; Alfonsina y el mar, de Ariel Ramírez; los sones istmeños La llorona y La zandunga; el corrido de la Revolución Mexicana La Valentina; y Canción de cuna para la niña del convento, del propio Francisco Javier Lledías, obra para serrucho, ehecachichtli y tambor de trueno.

De acuerdo con Fancisco Javier Lledías no se sabe quién fue la primera persona en frotar un arco de violín contra la hoja de un serrucho, pero se supone que ocurrió a principios del siglo XIX.

En la región de los Montes Apalaches, en Estados Unidos, el serrucho es considerado como un instrumento autóctono y reclaman para sí su origen, ya que es la zona donde más se usa, aun cuando no hay ningún dato técnico que lo avale.

A decir del músico,  lo cierto es que a principios del siglo XX el instrumento alcanzó una relativa popularidad en los escenarios de vaudeville y variedades; también cumplió una función como generador de efectos sonoros para las antiguas películas de ciencia-ficción y suspenso.

Hasta la década de 1960, era común ver este instrumento en programas de televisión como un hecho anecdótico. Para tocarlo, el mango o asidera del instrumento se coloca entre las piernas y se toma el extremo de la hoja con una mano, se dobla hasta hacer una curva en forma de “s” y de acuerdo a la tensión que se aplique a la hoja y del lugar donde se frote el arco, se obtienen las diferentes notas.

Según Lledías son varias las marcas que fabrican el instrumento tanto en Europa como en América; muchas de ellas eliminan los dientes del corte y conservan la hoja limpia por ambos lados. Fue Clarence Mushell quien mejoró la aleación del acero para darle mayor flexibilidad y riqueza armónica. Mushell fue uno de los primeros en fabricar un serrucho con propósitos exclusivamente musicales.

A la fecha, existen diversas asociaciones en todo el mundo dedicadas al tema, entre las que destaca la International Musical Sawplayers Association, fundada por Tom Scribner, que anualmente celebra una convención anual; también, el Festival Internacional de Ejecutantes de Serrucho que se realiza en la ciudad de Nueva York, al cual fue invitado Francisco Javier Lledías en 2009.

El segundo concierto del ciclo Rara Avis tendrá lugar mañana sábado 5 de junio a las 19:00 horas, en el Auditorio Blas Galindo del Cenart (Río Churubusco 79, colonia Country Club), con el programa La percusión, de lo prehispánico a lo contemporáneo, a cargo del marimbista Javier Nandayapa, así como los percusionistas Mirna Yam y Oscar Hernández.
AMS

Fuente: (CONACULTA)

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