Desempleo indignante

5.33 por ciento.
Para suavizar el contenido, el INEGI lo matizó con un pequeño recuadro en el que figura que México tiene el mismo nivel de desempleo que Japón mientras hay otras economías peores en dicho renglón tales como Estados Unidos con el 10% o España con un catastrófico 19 por ciento.
Pero dirán ustedes, allá los españoles con sus problemas que para eso tienen al presidente José Luis Rodríguez Zapatero y lo mismo con los estadounidenses que para eso eligieron a Barack Obama.
Lo que nos concierne es cuanto acontece en el tema laboral dentro de la economía mexicana con unos datos siempre con el sello oficialista, matizados a más no poder que por cierto indican que es más agudo el desempleo en los hombres (5.43%) versus las mujeres (5.17%)
El INEGI señala que la Población Económicamente Activa (PEA) creció a 47 millones de personas y que en la economía informal se encuentran ubicadas  12.5 millones de personas, insisto son cifras oficiales.
La forma de medir a la población ocupada en el país tiene muchas mañas: a partir de los 14 años, que por lo menos las personas hayan trabajado una hora a la semana, mezclan los informales con los formales, esconden a los subempleados e ignoran a los pequeñines de diez años para arriba que trabajan en la calle.
Hace algunos días ayudé a mi hijo a estudiar para su examen de ciencias sociales,  prácticamente debió memorizar el Artículo 123 constitucional  de la relación contractual de las empresas y sus trabajadores, el derecho a un salario digno, a reunirse en sindicatos. Me llamó poderosamente la atención dos aspectos en el libro de texto de la SEP: la omisión al derecho a huelga y que sólo pueden trabajar en México las personas con 15 años de edad siempre y cuando tengan el permiso de sus padres.
El INEGI, antes de los cambios propuestos durante la administración del presidente Vicente Fox, contaba a los niños que a partir de los 12 años  realizaban un trabajo pero esto nos hacía quedar muy mal ante la ONU y el PNUD, era demasiado indigno el reconocimiento oficial en números de niños de 12 años trabajando (explotados) en México.
Por ende los borraron y los dejaron de contar, así la maquinaria de estadísticas del país suma a los de 14 años aunque los libros de texto, oficiales por ciento, señalen la posibilidad de laborar si se tienen 15 años de edad.
Pero así como estas contradicciones hay muchas en materia de desempleo por tanto no figuran todos los que verdaderamente son.
Para colmo de males la realidad termina desnudando las cifras con un crecimiento del ambulantaje y la informalidad más que evidente cuando vemos gente vendiendo en las aceras que hace meses no estaban.
A COLACIÓN
Me preguntan si mejorará la condición del empleo en el país, temo decirles que los años del empleo paternalista que gozaron nuestros padres durante los años de explosión demográfica a partir de los setenta no se repetirán jamás.
En aquellos años médicos, enfermeras, doctores, aeromozas, cajeros y ejecutivos en bancos lograron hacer un patrimonio sin importar que trabajaran unos para el sector público otros para el privado. El sueldo era decente, su contrato de trabajo indefinido y las prestaciones eran magnificas. Había quien iniciaba en un banco a los 18 años de edad como mensajero y terminaba jubilándose como gerente. Toda una vida para una empresa.
Primordialmente había certidumbre y eso permitía al trabajador adquirir un préstamo hipotecario, planear el número de hijos, gozar de una serie de facilidades que no le hacían ser millonario pero por lo menos vivía sin apreturas.
Desafortunadamente los tiempos cambiaron, con el paso de los años los trabajadores han ido perdiendo derechos, los sindicatos han ido desapareciendo por considerarlos enemigos del neoliberalismo y las empresas  atrapadas por una malvada espiral fiscal, acumulación de inventarios, enorme competencia en costos interna y externa y caída en la demanda interna han terminador por echarle la soga a los trabajadores.
Fiscalmente pagar por un trabajador formal cuesta más caro que por otro temporal y sin prestaciones. La tendencia lleva al abaratamiento de la contratación y el despido de los trabajadores por parte de las empresas y de ello tiene la culpa la política fiscal actual.
Lo vemos con el ISR y el IETU, al declarar la Suprema Corte de Justicia de la Nación la constitucionalidad del IETU lleva a la espada y a la pared a 39 mil empresas amparadas desde el  primero de enero de 2008 para evitar el pago del IETU.
Ahora se ven obligadas a hacerlo tienen encima un grave problema fiscal que seguramente llevará a muchas al cierre definitivo.
Además el IETU abre otra brecha: primero la pugna de los empresarios porque únicamente prevalezca uno de los dos impuestos o ISR o IETU. Aunque la naturaleza de ambos es distinta el primero grava las utilidades y permite una serie de deducciones, el segundo grava a los ingresos y las deducciones son mínimas además de que afecta prestaciones como el fondo de ahorro, aportaciones patronales para la Afore, bonos de comida, transporte, casi todos los estímulos para el trabajador.
Al parecer el IETU llegó para quedarse de la mano de los gobiernos panistas que lo defienden incluso para sustituir definitivamente al ISR.
¿Cuáles serían las consecuencias? Los empresarios tendrían que pagar más fiscalmente por cada trabajador con contrato fijo y por sus prestaciones, la única forma de compensar el malestar del empresario es dándole una reforma laboral que le permita contratar y despedir de forma barata.
Al empresario le convendrá fiscalmente más contratar a una persona temporal y sin prestaciones que a otra fija y con prestaciones.
Y esta aberración va convirtiéndonos en trabajadores y profesionistas a destajo, con la incertidumbre cotidiana en el bolsillo y el futuro nebuloso.
Alguien quien no tiene la certeza de terminar el año con trabajo difícilmente planeará y logrará un crédito hipotecario, tener un fondo de ahorro para el retiro, construir un futuro digno.
P.D.  Estimado lector le invito a que participe sobre el tema en mi blog:  http://claudialunapalencia.blogspot.com.
*Economista y columnista especializada. Con estudios de doctorado por  la Universidad de Alcalá, tiene dos libros publicados y participa en distintos foros de radio y televisión con opiniones sobre educación financiera, economía y finanzas personales.  Puede contactarla en: claulunpalencia@yahoo.com

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