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Portada del libro que ha
propiciado elogiosos
comentarios para la autora
Foto: Cortesía edamex.com
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Reportero Azteca 21
San Antonio, Texas.- 11 de Junio del 2009.- El lunes pasado se llevó acabo la presentación del libro “Habitantes de mi tiempo”en una de las librerías más importantes de los Estados Unidos, con un éxito rotundo. “Habitantes de mi tiempo” es una colección de diez relatos breves surrealistas que van de lo humano a lo fantástico. Donde la realidad más cruda se enfrenta con optimismo. Nos atrapan con la suavidad de la tarántula, nos hacen olvidar que estamos leyendo. Seremos testigos de prodigios, hechos insólitos, ruptura de las leyes físicas – que asombran por su plasticidad y belleza-, el placer de la sorpresa, la sensualidad del juego entre los dioses, los héroes y los hombres. Porque si la vida ha de continuar, será con historias. (Parte del prólogo.)
La autora mexicana Rebeca Gómez Galindo, teje en este libro, cual si fuera una diosa del Olimpo historias llenas de poesía, luz solar y novedosa irrealidad. Son los suyos cuentos que enternecen, emocionan, subyugan, enardecen. (Tomado de la contraportada.)
El libro “Habitantes de mi tiempo”se exhibió por vez primera esté Marzo 11 al 19 en el Salon Du Livre de Paris. Su autora participó en el evento, representando a México junto con otros treinta y seis de los más reconocidos escritores mexicanos, que fueron homenajeados en esta importantísima feria del libro.
La presentación oficial del libro “Habitantes de mi tiempo”, para el mercado Latinoamericano se realizará esté próximo sábado 13 en las instalaciones de la Editorial “Libros Para Todos” en la ciudad de México.
www.habitantesdemitiempo.com/ www.edamex.com
Las mil una noches de Rebeca Gómez Galindo
por Alfredo Ávalos escritor y prologuista del Libro “Habitantes de mi tiempo” acerca del cuento “Amor Cuántico” que forma parte de la colección.
Érase una vez, en un reino lejano, un monarca misógino y malvado, quien cada día desposaba a una mujer virgen y la mañana siguiente la mandaba decapitar. El cuento es que el monarca había sido engañado por su primera esposa y con tal excusa cortó la cabeza a más tres mil mujeres. Fue así hasta que apareció Scherezada, la hija del visir, quien gracias a los portentos de su imaginación y astucia mantuvo no sólo la cabeza sobre los hombros sino también la atención del rey y la del mundo heredándonos “Las mil y una noches”
La literatura puede, como la música, domar fieras. Un buen cuento no solo entretiene, educa y redime, aun a bestias como el rey Shahryar. Un buen cuento trasciende el tiempo y los odiosos prejuicios de género. Se convierte en parte de la sutil alma del mundo.
Se han escrito muchos cuentos desde los tiempos de “Las mil y una noches”, uno levanta una piedra y sale un autor con su cuento en las manos, uno se sienta en un café y hay un escritor en la mesa contigua escribiendo la historia que cambiará la historia de la literatura, hay miles de sitios en la red cibernética cuyo contenido son relatos de todos sabores y colores. Parece que escribir cuentos es tarea fácil. Tal vez lo sea, pero escribir un cuento, original e inteligente, seguro que no lo es. Un cuento con tales características lo escribe un autor audaz, aquel que sabe que le va la cabeza en ello. Lo escribe una “Scherezada”.
Un buen cuento trasciende el artilugio de lenguaje. En lo particular me gustan aquellos que emocionan porque son las emociones las que me permite profundizar en la historia y descubrir la belleza detrás de la forma. Pero no hablo del sentimentalismo al que muchos autores apelan con imágenes del fogón y las tortillas de la abuela. Hablo del amor sí, pero del "Amor Cuántico". Al fondo el Sena con añoranzas de mar y una coalición de mundos, de ideas y credos que terminan en amalgamas del alma.
Y si no muere el alma, si solo cambia de lugar. Si en un momento abre las alas como un pájaro y levanta el vuelo en el tiempo. Tal vez, esta noche sea una de las mil y una noches, en la que Scherezada cuenta la historia de dos amantes. Y manos de oriente estrechen manos de occidente y este olor a especias e incienso no sea casualidad.
