Empleo: víctima de la crisis

POR LA ESPIRAL
Claudia Luna Palencia

-Empleo: víctima de la crisis
-Creciente masa de parados
-Niveles de tensión social

 La crisis va agudizándose con consecuencias funestas para el desempleo. Hasta el momento, los saldos rojos revelan una destrucción de puestos de trabajo que para muchos países significan retroceder a las épocas económicas más duras del siglo XX.
 La Organización Internacional del Trabajo (OIT) consciente de la situación manifiesta preocupación por las consecuencias sociales inmediatas en países de por si afectados por constantes desequilibrios en el mercado laboral y que además cuentan con políticas de estímulo al empleo  poco eficaces para hacer frente a la demanda.  Primordialmente en países con desarrollo desigual.
 Aunque en el extremo actual, son los países industrializados los más afectados por la crisis con consecuencias severas en el empleo.
 Estados Unidos, epicentro del cisma financiero, reportó una tasa de desempleo del 7.2% en el mes de diciembre, el  peor dato de los últimos 16 años.
 En plenas fiestas por la temporada navideña (época de gastos)  un total de 524 mil personas fueron despedidas de su trabajo, sumado a la lista  de parados de los meses pasados, arrojaron cifras de cierre de 2008 con  2.6 millones de desempleados en la Unión Americana.
 Barack Obama, presidente electo de Estados Unidos, que tomará posesión el martes 20 de enero, estudia junto con su equipo económico un plan de reactivación basado en estímulos fiscales y no descarta un nuevo paquete de ayudas a las empresas más afectadas como las pertenecientes a la industria de la construcción e industria automotriz para evitar una estrepitosa caída en los niveles de gasto de los consumidores lo que afectaría más a la demanda interna y en consecuencia a la actividad económica.
 Entre más rápido se actúe maniobrando mediante los brazos de la política monetaria y la política fiscal, podrá evitarse la formación de círculos viciosos en la economía que provocan daños sociales como cuando el gobierno tiene que reducir y controlar la inflación; o la iniciativa privada realiza recortes para cuidar  su tesorería ante la caída de las ventas, la acumulación de stocks y la dificultad para pagar a los acreedores, nada más que altos niveles de desempleo van en detrimento de las propias empresas.
 Hay que reaccionar con  prontitud. Obama, que hoy en Washington sostendrá una reunión de una hora y media con el presidente Felipe Calderón, podrá intercambiar puntos de vista al respecto del golpe de la crisis que Estados Unidos  ha importado a México; desde luego que la inseguridad y la narcoviolencia son temas en la agenda como parte de la Iniciativa Mérida.
A COLACIÓN
 Desempleo que asusta sobre todo en los niveles que va alcanzando. En España la situación es extremadamente compleja para el gobierno  del presidente José Luis Rodríguez Zapatero.
 El descontento crece en la población en la medida que percibe una falta de acción tanto del presidente como de sus ejecutivos de primer nivel.  Es como si no supieran qué hacer.
 Hasta es evidente la lentitud para dar a conocer las cifras, al menos las que conciernen al empleo.
 De acuerdo con el Ministerio del Trabajo, de enero a diciembre de 2008, se destruyeron un millón de empleos, lo que aunado a los rezagos de años anteriores arrojaron un total de 3.1 millones de personas desempleadas, siendo los  hombres los más afectados con el 50.4 por ciento.
 Se trata de un nivel de desempleados similar al de 1987 cuando el país  tenía en ese entonces 11 millones de personas dentro de la Población Económicamente Activa (PEA). La diferencia con al actual escollo es que la PEA en España está conformada por 23 millones de trabajadores.
 Aún así, el país ibérico cerró 2008 con una Tasa de Desempleo del 13.4% lo que  la ubica como la economía de la Unión Europea (UE) con la mayor cuota de desempleo.
 Y como si las dificultades no fueran a parar nunca, el propio gobierno del presidente Zapatero reconoce que lo peor está por venir para el mercado laboral, anticipando un primer trimestre con mayores saldos rojos en materia desempleo.
 A la fecha, España ocupa la  atención de la Eurozona por ser el país con más dificultades provocadas por la  crisis financiera y porque además durante muchos años inmigrantes de Europa del Este, sudamericanos, marroquíes y personas de otros países de África arribaron en busca de acceder al mercado de trabajo.
 Por ello el planteamiento de programas de retorno. La  población inmigrante es una de las más afectadas por la parálisis en el sector inmobiliario y en la  industria de la construcción.
 El gobierno del presidente Zapatero concede todas las facilidades para que la gente con papeles y desempleada retorne a sus lugares de origen, ofrece el cobro en dos veces del subsidio mensual por desempleo.
GALIMATÍAS
 En México, las cifras del desempleo no son del todo claras, persiste esa controversia entre la información del INEGI versus IMSS. Y la medición es imprecisa porque dentro de la  Tasa de Desocupación (TD) no cuentan aquellas personas que se quedaron sin empleo pero que para sobrevivir se ocuparon en cualquier actividad que les saliera al paso aunque sea unas cuantas horas por semana.
 En las controversias están las cifras nebulosas: primero las de 2007, el Gobierno Federal dijo que se habían creado 780 mil empleos que el INEGI pretendió avalar y al final el IMSS en sus datos tenía 529 mil empleos.
 Luego las cifras de 2008: en noviembre, la TD aumentó 4.47% respecto de la PEA, subió casi un punto porcentual en comparación del dato reportado en el mismo mes de 2007.
 Oficialmente el desempleo en México afecta a dos millones de personas, extraoficialmente podríamos inferir el doble aunque la informalidad como economía paralela sigue amortiguando  los bajones del mercado laboral formal.
 ¿Hasta dónde puede llegar el desempleo? Un crecimiento cero del PIB supondría en el mejor de los casos la nula creación de empleos y en el peor de los escenarios la destrucción de entre 80 mil a 100 mil puestos de trabajo.
 Una caída del PIB resultado de la parálisis económica provocaría  recortes de empleos más pronunciados. Entonces la tensión sería más fuerte por el impacto social derivado y las consecuencias previstas en otros sectores como el financiero con gente en el paro aumentarían las deudas impagadas.
*Economista y columnista especializada. Es candidato a doctor por la Universidad de Alcalá, tiene dos libros publicados y participa en distintos foros de radio y televisión con opiniones sobre educación financiera, economía y finanzas personales.  Puede contactarla en: claulunpalencia@yahoo.com

 

 

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