Alcanza “Penny”, violín del legendario Antonio Stradivarius cifra millonaria en Nueva York

Stradivari tenía una habilidad
intuitiva para calibrar el
 tono de un instrumento
mientras lo construía y de ir
haciéndole sutiles ajustes
 Foto: Cortesía selecciones.com

Ciudad de México.- 17 de Diciembre del 2008.- (CONACULTA) Fabricado por Antonio Stradivarius, diseñador de violines fallecido en Cremona, Italia, el 18 de diciembre de 1737, su pieza llamada "Penny" fue subastada recientemente por la Casa Christie"s, en Nueva York, por más de un millón 270 mil dólares.

El instrumento tomó dicho nombre debido a que su última propietaria fue la pianista y violinista Bárbara Penny.

La venta del Stradivarius "Penny", uno de los aproximadamente 650 que se conservan en buen estado alrededor del mundo, fue adquirido por un comprador anónimo en esta millonaria suma.

Antonio Stradivarius, quien creó con genialidad y perfección violines inigualables, constituye la cumbre absoluta de la laudería, dejando un legado fascinante al mundo. El laudero nació en Cremona, Italia, en 1644, y desde pequeño le fascinaban los violines. Soñó con ser un gran músico, sin embargo, sus dedos no tenían la destreza necesaria, por lo que la gente decía: "tiene oído de músico y unas manos de tallador de madera". De esta manera, a los 14 años de edad inició su aprendizaje con el reconocido "luthier" Nicolás Amati, con trabajos ordinarios de reparación y mandados, y apenas a los 17 años de edad fabricó su primer violín. Stradivarius resumió en su aprendizaje la maestría de la laudería que Europa había venido desarrollando desde el siglo XVII, y que alcanzó su máximo esplendor con Amati, Stradivarius y Guarnerius, los insuperables cremonenses cuyas manos construyeron los mejores instrumentos de cuerda de la historia. Sin embargo, aunque los instrumentos de Amati y Guarnerius eran ya instrumentos perfectos, no alcanzaron la genialidad de Stradivarius, el más apreciado "fabricante de armonías" de todos los tiempos. A los 20 años, Antonio se casó con la viuda Francisca Ferraboschi, con la cual tuvo cinco hijos, lo cual es uno de los pocos sucesos biográficos registrados del artista. De todas partes de Italia llegaban al taller decenas de pedidos al taller de Amati, quien una vez terminado el instrumento le ponía su etiqueta en el interior de la caja, hasta que en 1670 apareció "Antonio Stradivarius, de Cremona" seguido de la fecha de elaboración. Stradivarius perfeccionó la elegancia de la forma, variando las dimensiones de los instrumentos hasta 1700. Alcanzó una perfección que ha sido motivo de minucioso examen y estudio, particularmente en lo que atañe al fenómeno de la sonoridad. Entre 1700 y 1725 construyó sus más preciados violines y se calcula que construía alrededor de 13 al año. De acuerdo con especialistas y biógrafos del laudero, existen poco menos de 700 de estos instrumentos Stradivarius genuinos. Con 36 años de edad se independizó y apenas cuatro años después ya era famoso por sus obras, lo que motivó a que entre la gente más culta de Europa surgiera una auténtica pasión por adquirir sus instrumentos. Incluso, uno de los regalos más gratos que un príncipe o un monarca podía recibir era, precisamente, un Stradivarius.

A su taller llegaban enviados de los monarcas de toda Europa a encargarle la construcción de instrumentos, entre los que sobresalen los reyes de Inglaterra, de España y de Polonia, así como el duque de Toscana, Cosme III de Médici, entre otros.

Además de sus apreciables violines, Stradivarius también fabricó otros instrumentos de cuerda, tales como violas, violonchelos, arpas, laúdes, mandolinas y guitarras. Todos ellos ostentaban la reconocida etiqueta con su respectiva leyenda. Cuando tenía 54 años de edad murió su primera esposa y al año siguiente volvió a casarse, ahora con Antonia María Zambelli, con quien procreó seis hijos más. Con una familia tan numerosa, tuvo que dedicarse al mismo tiempo al comercio de bienes inmuebles y a otros negocios. Antonio Stradivarius firmó su último violín a los 92 años de edad, antes de morir el 18 de diciembre de 1737, dejando alrededor de mil 100 instrumentos. Sus herederos y continuadores de su obra fueron sus hijos Francesco y Omobono, que siempre trabajaron junto a él. Hay diversas hipótesis para explicar la superioridad acústica de los Stradivarius, siendo la más popular el uso de un barniz mágico cuya fórmula se habría perdido tras la muerte del artesano. Se dice que la escribió en una página de la Biblia familiar, que fue destruida por uno de sus descendientes para que el secreto no cayera en manos de extraños. Otras refieren la fórmula al mimo en el secado de la madera. En los últimos 150 años, numerosos científicos han intentado explicarla en encontradas opiniones y a 268 años de su muerte sigue guardando su secreto, mientras que sus violines son atesorados por los mejores violinistas del mundo y cambian de manos, sólo por cifras millonarias.
 
 
(Notimex)

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