Amatlán entregó la presea “Sol Poniente” a personalidades de la cultura huasteca

Los integrantes del 'Trío Macuilxóchitl',
 formado por los cinco hermanos
 Herrera, que vinieron
desde Fillmore, California
 Foto: Gregorio Martínez M./Azteca 21

Por Gregorio Martínez Moctezuma
Corresponsal Azteca 21

Ciudad de México. 15 de diciembre de 2008. El domingo 30 de noviembre amaneció fresco y algo nublado en Amatlán, y así permaneció casi todo el día, con ligeras apariciones del sol y del calor que lo secunda. Era un día francamente agradable, ideal para subir al Cerro de la Cruz, desde donde se puede disfrutar de una vista maravillosa del poblado amateco y del valle que lo circunda.

Abajo, en el Auditorio “Viva siempre el huapango” y en el Parque Central se escuchaban las notas de los sones huastecos, que llegaban hasta las alturas, mientras en el primero las parejas de bailadores de huapango desfilaban una tras otra, en el segundo los tríos seguían alegrando a los cientos de lugareños y visitantes que aún permanecían en el pueblo, pero menos que el día anterior, cuando apenas se podía caminar entre la multitud.

Así, el trío Alba Huasteca, de Ciudad Mante, Tamaulipas, volvió a deleitar a los amantes del son huasteco con sus interpretaciones, que les fueron muy celebradas y tuvieron que tocar dos temas más para complacer a sus seguidores. También Felipe Ignacio Valle Robles subió al tapextle y, con apoyo de una caja de ritmos o un aparato similar, tocó sones en su violín eléctrico de diseño vanguardista. 

Más tarde, me encontré por las calles aledañas a Casimiro Granillo, del trío Real Hidalguense, que movía la boca y expresaba palabras completamente inaudibles. Tan bien se la pasó tocando y trovando que terminó con la garganta cerrada. Un momento inolvidable y magnífico fue ver bailar “El caimán” a don Goyo Melo con una bailadora de un grupo de danza que respondió a la invitación del maestro de ceremonias en ese momento, el cual pedía por el micrófono que subiera una a la tarima para bailar con “El huracán del huapango huasteco”.

Por cierto, más tarde tocó el trío de don Goyo Melo en el tapextle, este personajazo del son huasteco en compañía de su hijo y de una adolescente mientras en la tarima dos de sus nietos o bisnietos, una niña de unos cuatro años y un niño de unos cinco o seis años, bailaban el huapango. Cabe mencionar que este último bailaba con donaire, gracia y energía, precisamente como don Goyo, de quien se puede decir que es un digno heredero.

En realidad, en Amatlán ya se había dado la desbandada de tríos y bailadores, no todos, pero ya no abundaban. Por ahí deambulaban unos cuantos, como el trío Tamalín, que tocaba en una casa particular, o el de Juventud Huasteca, también de Tamalín, que tocaba en la tienda donde antaño se reunían casi todos los huapangueros a beber cerveza y escuchar huapangos (últimamente se reúnen en el restaurante que se instala enfrente de la biblioteca pública local).

Posteriormente, en el Tablado Principal del Auditorio “Viva siempre el huapango” se llevó a cabo la entrega de las preseas “Sol Poniente” que otorga cada año el Patronato Pro Huapango y Cultura Huasteca A.C. a distinguidas personalidades de esta manifestación cultural mexicana. De los cuatro homenajeados en esta “XIX Feria Anual del Huapango”, me tocó ver a los integrantes del Trío Ozuluama, un trío de dones: Zózimo, Rafael y Efrén, y a los integrantes del trío Macuilxóchitl (formado por los cinco Hermanos Herrera), de Fillmore, California; ambas agrupaciones manifestaron su agradecimiento y alegría por recibir tal distinción, y también interpretaron sones huastecos. A los otros dos homenajeados, Soraima y sus Huastecos y don Laco Alvarado, los vi el sábado 29 en Amatlán, pero no vi su homenaje ni la entrega de su reconocimiento (que seguramente se efectuaron en otro momento).

Después, José Guadalupe Olalde Arvizu, más conocido como “Pepe Huapango”, bailó son arribeño con su pareja, una bailadora de Xichú, Guanajuato. A continuación, se realizó la tradicional entrega de medallas al mérito y reconocimientos a grupos de danza, bailadores, tríos y medios de comunicación. La mayoría de los tríos ya se había retirado, por lo que sólo pasó a recoger sus reconocimientos el trío “Sol Poniente”, amateco, quedando los demás en manos del Patronato para su ulterior entrega. Pasaron varios jóvenes bailadores a recoger su reconocimiento, así como Laura Ahumada, conductora del programa “Mediodía huasteco” de Tampico, y el propio Pepe, conductor del programa “¡Viva el huapango!” de Querétaro, entre otros.

Con esta ceremonia prácticamente concluyeron las actividades en el Auditorio, mientras que en el Parque Central aún seguían tocando los tríos para mantener viva la fogata de la última huapangueada de la fiesta amateca, la que ya está pensando en el próximo año, pues “le caerá el veinte”: veinte años de generar, escribir y alentar auténtica historia cultural huasteca actual.

Comentarios a esta nota: gregorio.martinez@azteca21.com

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