Presenta Luis Rubio Hernansáez su “Zacatecas bronco”, basado en sucesos de la “Revolución Cristera”

El autor afirmó que su estudio
es más rico en cuanto a
sucesos que se dieron en el
área de Zacatecas-Jalisco,
ya que es ahí donde hubo
mayor efervescencia
Foto: Cortesía
Instituto Zacatecano de Cultura

Ciudad de México.- 17 de Junio del 2008.- (CONACULTA) Durante la presentación de su libro titulado Zacatecas bronco, realizada en la sala principal del Teatro “Fernando Calderón”, Luis Rubio Hernansáez dijo  que la intención de esta obra es introducir a los hechos que acontecieron en Zacatecas y parte de Jalisco durante el periodo 1926-1938, tiempo de inicio, gestación y culminación de lo que se conoce como “Revolución Cristera”.

 

La actividad contó con la presencia de investigadores de reconocida trayectoria en el tema, como el historiador y analista Jean Meyer, y fue moderada por el director del Instituto Zacatecano de Cultura, David Eduardo Rivera Salinas.

 

El autor del texto afirmó que su estudio es más rico en cuanto a los sucesos que se dieron en el área de Zacatecas-Jalisco ya que es ahí donde, según los archivos encontrados, hubo mayor efervescencia. A partir de 1993 Hernansáenz comenzó este reto que terminó con 424 páginas de importante información sobre la Cristiada.

 

Dijo que este libro, apoyado para su publicación por el gobierno del Estado de Zacatecas, a través del Instituto Zacatecano de Cultura y la Universidad Autónoma de Zacatecas, sostiene que los cristeros forman una parte representativa en la defensa de las ideas, “dada la importancia de los acontecimientos, esa parte de la historia debe rescatarse y no dejarse perder, pues hasta ahora es un periodo que ha sido ignorado”.

 

Destacó la participación fundamental que tuvo la mujer dentro del movimiento armado. Las féminas constituyeron de muchas maneras la “inteligencia”, ya que organizaron acciones y estuvieron a cargo de grandes grupos de personas.

 

Muchas de las víctimas murieron como mártires, es decir, “dieron su vida para comprobar su fe”. Este fue el caso de Mateo Correa, un sacerdote que, por no revelar los secretos de confesión que los condenados le confiaron, fue acribillado a manos del general Eulogio Ortiz.

 

Jean Meyer Barth, en un recuento general, dijo que Los Ángeles, California, se pobló con migrantes zacatecanos durante el periodo de la Revolución Cristera, ya que, según datos de los archivos eclesiásticos, fueron más de tres millones de mexicanos los que salieron de sus pueblos para buscar protección en otras latitudes, así como para apoyar el movimiento económicamente desde fuera.

 

Meyer aseguró que durante este periodo en la mayoría de los estados no existió posibilidad de diálogo; imperó la violencia, y es que la gente estaba aún inmersa en un proceso revolucionario. En su segundo capítulo Zacatecas Bronco, aborda casos desde una óptica de legitima defensa, “pues después de que los ciudadanos llevaban una vida de perro, pobres, excluidos, tenían que morir sin ningún sacramento y sin poder llegar a un sitio destinado para el descanso eterno”.

 

Existe también en el libro un análisis de cómo transcurrió el movimiento: quién se levantó en armas, cuál fue el papel de las mujeres, las características del problema agrario, quiénes eran los obligados a pelear contra los cristeros. Hay incluso un trabajo en el que se recogen corridos populares, algunos de ellos con su respectiva partitura.

 

Enfatizó que el hecho de que ahora se pueda hablar de la Revolución Cristera y publicar esa parte de la historia, demuestra que México ha madurado porque hace 30 años nadie sacó a la luz un texto de esta naturaleza, “eso es señal que ya digerimos esos sucesos y ahora los vemos como lo que son, un capítulo importante de la historia nacional”.

 

El también literato y docente, destacó la importancia de que se acepten y documenten los acontecimientos para que no se pierda la historia, esto es lo más sano, en lugar de satanizar a los cristeros, “creo que eso ya se logró, pues ahora los descendientes de los cristeros ya pueden hablar sin temores del tema y se puede a través de ellos conocer de lo pasado”.

 

Jean Meyer destacó que es importante estudiar no solamente la resistencia armada sino la que se dio de forma diferente en el sur del país, la que no tuvo armas, “porque esa es una hoja en blanco”, hace falta investigarla para entender por qué terminó el conflicto religioso y sucedió la “reconciliación con el gobierno estatal”.

 

Por su parte, Fermín Herrera consideró que el libro es bueno porque aborda una parte ríspida de la historia nacional, y hasta el momento en el que Luis Rubio empezó a realizar la investigación, el tema aún era un tabú “que afortunadamente ha ido desapareciendo gracias al insistente y creciente interés de los historiadores que se niegan a dejar morir esa parte del pasado de los mexicanos”.

 

Yolanda Padilla Rángel también aportó algunos comentarios, entre los que sostuvo que la historia de la Cristiada es inagotable, aunque ya se estudia actualmente. Agregó que la mayor aportación del texto es que reúne elementos e información nunca antes relacionada. Es información de casi 30 años a lo largo de 424 páginas.

 

Posterior a la presentación del libro, en el vestíbulo del Teatro Calderón, se inauguró una exposición de 49 artículos que datan del periodo Cristero, entre los que se encuentran actas, periódicos, fotografías, sombreros, sellos oficiales, informes de los movimientos y cámaras fotográficas.

 

La intención de la exposición es acercar a la ciudadanía aún más a esa parte de su historia mediante los testimonios exhibidos. El periódico de Los Ángeles, California,  La voz de la patria, dirigido por Alfredo Wallace, narra algunos de los sucesos que se vivieron entonces.

 

El acta de condecoración que recibió el combatiente Eulalio Chávez López se posa en una de las mamparas del recinto y da cuenta de la participación de este personaje en el conflicto religioso armado, de manera que no pase inadvertida para las generaciones actuales ni las siguientes.
     

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