Participan niños y jóvenes en conservación de la cueva de Oxtotitlán, Guerrero

La cueva ha sido conocida
por sus pinturas rupestres,
muchas de las cuales muestran
fuertes semejanzas con el
arte de los olmecas
de Veracruz y Tabasco
Foto: Internet

Ciudad de México.- 1º de Mayo del 2008.- Actualmente niños y jóvenes de la comunidad de Acatlán, Guerrero, empiezan a participar en la conservación de la cueva de Oxtotitlán, que recibe a numerosas personas, atraídas por su pintura rupestre.

Esa cueva ha forjado parte del paisaje no sólo físico, sino anímico de generaciones y generaciones de acatlenses, por lo que actualmente niños y jóvenes de esa comunidad empiezan a participar en la conservación de este sitio, que recibe a numerosas personas, atraídas por su pintura rupestre.

Especialistas del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) brindan un curso-taller a estudiantes de las seis escuelas distribuidas en Acatlán -niveles de preescolar, primaria y secundaria-, con el fin de "tejer" un nexo más fuerte entre ellos y su patrimonio cultural, vinculación que garantizará el mantenimiento y la preservación de los murales, pese al tiempo.

Sandra Cruz, quien desde 2002 coordina el Proyecto Integral de Conservación de la cueva de Oxtotitlán, informó que estas acciones con niños y muchachos forman parte del Programa de Educación Social de dicha iniciativa, y más que una actividad puntual, se trata de una propuesta didáctica que se generó conforme los objetivos que marca la Secretaría de Educación Pública para cada año escolar.

"A lo mejor se pensaría que este curso-taller es una actividad menor, pero es muy importante porque hemos visto que en gran parte de nuestras comunidades rurales vinculadas con sitios rupestres, la gran mayoría de los profesores no son del lugar, es decir, quienes forman a los niños no conocen el patrimonio local", añadió.

"Los alumnos están en un momento de su vida en el cual buscan su propia identidad, entonces, reconocer ese patrimonio que les ha sido legado de las generaciones anteriores les permite fortalecer su identidad individual y de grupo", expresó la restauradora perito.

De esa manera, mediante tareas lúdicas y creativas e, inclusive, con el uso de la lengua náhuatl -que es el idioma de Acatlán-, los niños aprenden la historia de su localidad, la técnica en que fueron realizadas las pinturas rupestres de Oxtotitlán y la posible interpretación de éstas, y crean sus propios compromisos respecto a su cuidado.

Los pequeños participantes desarrollan ejercicios en piedras que llevan a su salón de clase, usan pigmentos y aglutinantes que pueden encontrar en la naturaleza, y empiezan a reconocer los agentes dañinos para estas pinturas: el viento, la lluvia, el sol, y la peor: la acción humana, que va desde el tirar basura, hasta jugar "tiro al blanco" sobre algunos diseños.

"Todo esto ha permitido, por ejemplo, el establecimiento de jornadas de limpieza por parte de las escuelas y que se creen "grupos espontáneos" como Los cuidadores de Oxtotitlán, un equipo de niños que orienta el comportamiento de sus demás compañeros durante la visita a la cueva", comentó la experta de la Coordinación Nacional de Conservación del Patrimonio Cultural.

Por más de tres décadas, la cueva de Oxtotitlán ha sido conocida por sus pinturas rupestres del período del Preclásico Medio Tardío (800-500 a.C.), muchas de las cuales muestran fuertes semejanzas con el arte de los olmecas de Veracruz y Tabasco.

La caverna consiste de dos grutas anchas en la base de la pared de un precipicio.

El graffiti y los daños causados por los pasados visitantes han sido eliminados y muchas de las pinturas han sido limpiadas cuidadosamente y preservadas, gracias al Proyecto Integral de Conservación, el cual tendrá una sexta temporada de campo durante el próximo verano.

"Aunque hacia el exterior se conoce poco el patrimonio rupestre de México, en realidad éste se ha mantenido vigente en muchas de las comunidades del país. Se trata de una vinculación muy fuerte entre la naturaleza -en particular con montes y cuevas- que data de las sociedades prehispánicas.

"En ese sentido, siendo varias de nuestras comunidades, rurales, mucho de este nexo se mantiene hasta la actualidad", adujo.

Cruz concluyó que México es muy rico en patrimonio rupestre y los sitios de interés van más allá de la Sierra de San Francisco, conocida por la tradición Gran Mural.

Este tipo de legado "ha sido poco estudiado y técnicamente es un reto muy complejo para los restauradores, porque el trabajo debe ser in situ y es necesario buscar su estabilidad dentro del contexto natural, el cual además es dinámico", apuntó finalmente. (Notimex)

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