Investigadores de la UNAM estudian estructura de plumas de ave para elaborar productos plásticos

Lo interesante de los polímeros
naturales es que son
moléculas que no sólo
sirven para relleno de
chamarras y almohadas
Foto: Internet

Ciudad de México.- 23 de Marzo del 2008.- Quien diga que las plumas de ave sólo sirven para rellenar almohadas o chamarras quizá cambie de opinión, pues desde hace siete años investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) estudian la estructura de estos materiales para elaborar, a escala industrial, diferentes productos plásticos.

De acuerdo con una amplia y bien documentada información dada a conocer por la publicación bimestral "Teorema Ambiental", en la naturaleza, las plumas proveen a las aves de diversas cualidades, como la de flotar sobre el agua, y protegerse del frío y del calor.

La revista especializada, dirigida por Wendy Coss y León, agrega que otra virtud que ofrecen las plumas es la referente a la aerodinámica, pues permiten a las aves emprender y descender su vuelo. Y en seguida explica a qué se deben esas características.

"Todo ello es derivado de un elemento existente en su estructura molecular, la queratina, una sustancia proteica que también se puede encontrar en la capa externa de la epidermis y en algunos tejidos como el cabello y las uñas en los seres humanos".

La queratina es un polímero (plástico natural) caracterizada por ser un material ligero, de alta resistencia mecánica y térmica, y que desde hace apenas algunas décadas se empieza a investigar para ser aprovechada como materia prima en algunos productos de plástico.

Esas propiedades llevaron a investigadores del Centro de Física Aplicada y Tecnología Avanzada de la UNAM a estudiar y analizar las propiedades de las plumas de las aves, y así, en breve, mejorar prácticamente cualquier objeto polimérico sintetizado por el hombre.

El doctor Víctor Manuel Castaño Meneses, director de ese centro universitario, comentó a "Teorema Ambiental" que los polímeros o plásticos sintéticos fueron descubiertos a finales del siglo XIX y después de 100 años son parte fundamental de la vida actual.

Refirió que los polímeros naturales son moléculas interesantes que hasta hace pocos años habían pasado inadvertidas, ya que "si recordamos el uso que se le da al pelo, uñas y plumas de los animales, es básicamente en el relleno de chamarras y almohadas"

Comentó que a raíz de los estudios realizados, donde el centro que dirige es precursor internacional en la materia, se observó que cuentan con propiedades superiores a los polímeros sintéticos fabricados en el laboratorio y que ayudarían mucho para optimizarlos.

"Por ejemplo, los plásticos comerciales como los envases de bebidas (PET) no resisten altas temperaturas y se queman. En el laboratorio hemos logrado, a través de procesos con queratina de pluma de pollo, productos que resisten más que los normales". Lo que se realiza en el laboratorio es básicamente combinar un polímero sintético con otro natural, y producir un tercero por medio de una reacción química, no una mezcla física. Ya se han fabricado probetas con esta técnica, y se usan en actividades académicas.

No obstante, el objetivo es producir sillas, mesas, parachoques y otros instrumentos con mayor resistencia mecánica, pero también con características ligeras y de mayor calidad pues los nuevos polímeros tienen resistencia a la flexión, a la tensión, y al impacto.

"El proceso tiene qué ver con química, pero de manera general consiste en hacer reacciones con ciertos grupos de las moléculas que forman la queratina para que sean compatibles con los grupos de polímeros con que queremos que se conjuguen", explicó el doctor.

Otra propiedad de estos nuevos materiales, es que son amigables con el ambiente. Un plástico es un polímero (de poli: muchos, y mero: unidad) que constituye un problema de contaminación porque tarda de 100 a mil años en degradarse en el ambiente; las propiedades de la queratina ayudarían para su reintegración más rápida a la naturaleza.

El entrevistado añadió que se ha encontrado otra utilidad a la queratina de las plumas de pollo y, a través de procesos originales diseñados en el laboratorio, se comprobó que funciona eficazmente para capturar los iones de cromo y arsénico en aguas contaminadas.

"De este avance, actualmente el centro trabaja con el Instituto de Ingeniería de la UNAM para trasladar los conocimientos a nivel de una planta piloto semiindustrial, en un proyecto que está pensado en breve aplicarlo en Ciudad Universitaria", concluyó el científico. (Notimex)

Leave a Reply