“Pancho Culebro y los naguales de Tierra Azul” de Mario Molina Cruz; prólogo de Miguel León-Portilla

Afirma León-Portilla, que en
el caudal de las vivencias
de este autor están
contenidas las enseñanzas
ancestrales de su comunidad
Foto: Cortesía
culturaspopulareseindigenas.gob.mx

Ciudad de México.- 21 de Febrero del 2008.- (Homero Bazán/CONACULTA) Sobre el libro Pancho Culebro y los naguales de Tierra Azul, de Mario Molina Cruz, Premio Nezahualcóyotl 2006, Miguel León-Portilla escribió que el dios inventa a sus criaturas mientras que el novelista se inspira en sus propias experiencias como espectador de la vida, por ello una novela alejada por completo de la existencia humana no tiene sentido alguno.

 

En este contexto afirma que el escritor zapoteco Mario Molina Cruz ofrece en este trabajo un rico caudal de vivencias, donde existen diversos géneros de pensamiento y acontecimientos. “Algunos lo vinculan hondamente con sus raíces identatarias, es decir, a su ser más profundo. El otro se relaciona con sucesos que ocurren en su entorno, algunos que son de rampante amenaza y varios de auténtico valor y significado humano”.

 

Afirma León-Portilla, que en el caudal de las vivencias de este autor están contenidas las enseñanzas ancestrales de su comunidad. Provienen de la antigua palabra que guarda relación con la magia y es a la vez suma de percepciones de un universo luminoso y sagrado. “Tales recuerdos y enseñanzas lo han ayudado a tejer la fina trama de esta novela en cuyo desenlace, tras muchos infortunios, brilla la esperanza”.

 

Sobre la trama de Pancho Culebro y los naguales de Tierra Azul, asegura que el lector se encontrará con un  retrato de los que muchos zapotecos y otros mexicanos de diversos lugares han contemplado y padecido, desde represiones, cárceles y aun muertes.

 

“Alguien podría pensar que los cambios que atropelladamente van sucediendo en el escenario de Tierra Azul, comunidad ubicada en la Sierra Juárez, donde transcurre en gran parte la novela,  se debe sobre todo a lo que se conoce como modernidad. Quien así piense, podrá creer al principio que el meollo de la novela se centra tan sólo en la confrontación de dos formas de vida: la anclada en la tradición y la derivada de la globalización económica y, sobre todo, cultural”,

 

No obstante, aclara León- Portilla, en el libro lo antiguo y las raíces de toda una cultura cobran voz cuando el personaje llamado Pedro Xhid recuerda en su casa a sus antepasados y reconstruye su árbol genealógico:

 

Cuando tocó esas aves grandes, don Pedro dijo que era una distinción a las personas principales, hombres padre y madre, hombres tronco, troncos antiguos, la raíz que encabeza a los vivos y a los que se han ido con ellos. Por parejas fue señalando las piezas. Los Guajolotes eran para los abuelos y padres de la línea paterna y materna. Para los difuntos padrinos y tíos cercanos eran los gallos y gallinas. Para los pequeños fallecidos, las palomas y codornices.

 

“Mario Molina Cruz nos presenta personajes  que actúan adoptando aires de modernidad, sin embargo, el personaje principal, Pancho Culebro, aprendió de su abuela todo lo referente a la antigua palabra y la sabiduría de su pueblo”.

 

En el libro, afirma el escritor e historiador, existe una confrontación entre los embates del progreso  que viene del norte y la antigua tradición que se transforma a través  de los naguales y cheneques en baluartes primordiales de la justicia y el bien.

 

“Hay confrontación de valores. Mario Molina Cruz, que conoce como pocos lo que es raíz del legado zapoteca de cultura, parece entrar en escena y, de creador literario, está a punto de transformarse en personaje de la novela”.

 

Y agregó “¿Es el autor acaso la personificación de Pancho Culebro? La fuerza del relato, la captación de las vivencias ajenas que Mario hace suyas, confieren a sus palabras el tono vibrante que resuena al modo de un poema épico, canto de aflicción, pero también de esperanza. Pienso que en esto se halla precisamente el significado más hondo de este libro”.

 

Pancho Culebro y los naguales de Tierra Azul, de Mario Molina Cruz, será presentado a las 19:00 horas en la Sala Adamo Boari de Bellas Artes en el marco de los festejos del Día Internacional de la Lengua Materna.

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