Confirman expertos que “Retrato de Alejandro Gómez Arias” es obra de Frida Kahlo

La pieza fue parte de la
colección que se exhibió
en Bellas Artes con motivo
del magno homenaje
nacional que se dedicó
en meses pasados a Frida
Foto: Internet

Ciudad de México.- 7 de Diciembre del 2007.- El cuadro Retrato de Alejandro Gómez Arias, firmado en 1928 por Frida Kahlo, es efectivamente de la pintora, afirmó el curador Juan Coronel Rivera, quien se basó en estudios académicos y químicos, estos últimos realizados por Javier Vázquez Negrete, químico de la Escuela Nacional de Conservación, Restauración y Museografía del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).

 

En conferencia de prensa convocada para anunciar los resultados del estudio científico del retrato, y un comparativo con otra obra de Frida Kahlo, Niña Tehuacana, donde predomina el blanco titanio firmado en 1942, Ricardo Calderón Figueroa, subdirector general de Bellas Artes, recordó que los estudios químicos y académicos fueron realizados a raíz de la polémica suscitada sobre la autoría de Retrato de Alejandro Gómez Arias, atribuido a  la esposa y compañera de Diego Rivera.

 

Como se recordará, la pieza fue parte de la colección que se exhibió en el Palacio de Bellas Artes con motivo del magno homenaje nacional que el Instituto Nacional de Bellas Artes dedicó en meses pasados a Frida Kahlo con motivo del centenario de la artista.

 

Por esta razón, el Instituto Nacional de Bellas Artes decidió, con el acuerdo y autorización de del propietario de la obra, someterla a un riguroso examen que determinara el origen y la autoría, de manera que se incluyeran, por un lado, análisis químicos y matéricos, y por otro, artísticos, académicos y documentales.

 

Los estudios químicos fueron realizados por el especialista Javier Vázquez Negrete, profesor de Química aplicada a la restauración en la Escuela Nacional de Conservación, Restauración y Museografía del INAH, y titular de química aplicada al Taller de pintura de caballete. El maestro indicó que el análisis químico de los materiales constitutivos de cualquier pintura permite conocer la técnica empleada, así como la paleta de pigmentos utilizados durante su producción.

 

Añadió que el objetivo fue examinar con lente de aumento y luz ultravioleta para detectar una serie de elementos posteriores de la pintura y conocer los materiales constitutivos, es decir, los pigmentos y la base de preparación, así como identificar la técnica pictórica y la forma como las dos pinturas fueron trabajadas.

 

Luego de explicar rigurosamente la labor que realizó a lo largo de un mes, concluyó lo siguiente: “La obra fue elaborada sobre un soporte de madera y no presenta base de preparación, es decir, la capa pictórica fue aplicada directamente sobre la madera.

 

“La capa pictórica está  aglutinada con aceite secante (óleo). La paleta cromática se compone de los siguientes pigmentos: blanco  (blanco de plomo, blanco de bario y yeso), rojo (bermellón, rojo óxido de hierro mezclados con blanco de plomo y yeso), verde (verde de cromo, negro de humo) y negro (negro de humo mezclado con blanco de plomo y blanco de bario).

 

“Es de singular importancia, destacar que tanto la capa pictórica como las capas pictóricas inferiores, no están frescas. En los análisis químicos verificados y en la toma de muestras previas se observó que están resecas, este fenómeno indica que el óleo ha pasado ya por un largo proceso de polimerización y los materiales empleados son los normalmente utilizados en esa época. Tal es el caso del blanco de plomo, pigmento que se dejó elaborar en el primer tercio del siglo XX”.

 

El especialista realizó el mismo proceso en Niña Tehuacana, de Frida Kahlo, a fin de contar con un análisis comparativo, del que resumió: “Tanto la capa pictórica de la superficie como las capas pictóricas inferiores, no están frescas, en los análisis químicos verificados y en la toma de las muestras previas se observó que están resecas, este fenómeno indica que el óleo ha pasado ya por un largo proceso de polimerización y los materiales empleados son los normalmente utilizados en esa época”.

 

En cuanto a los resultados académicos del examen realizado a la pintura, Juan Coronel Rivera comentó que los estudios de Vázquez Negrete concluyen que la pintura fue realizada en el periodo en el que está fechada, y recordó que la selección de esta obra para la exposición fue una de las que más estudió el cuerpo curatorial que contaba, además, con amplios antecedentes de la existencia de la obra.

 

Dijo que la pieza había sido exhibida ya en museos internacionales y que cuando los curadores la solicitaron el óleo se encontraba expuesto en la Galería Tate de Londres, dentro de la retrospectiva de Frida Kahlo que se hizo en aquella ciudad.

 

El estudio académico de los curadores mexicanos, explicó Coronel Rivera, se basó en un folleto editado en 1994, y en el que se escribió la historia de este óleo, acompañado con textos de Carlos Monsiváis, y de Xavier Moyssen, especialista en pintura mexicana, entre otros.

 

Completó que en el folleto también aparece una fotografía de Gómez Arias, el retrato de Frida Kahlo, y una carta en la cual Frida le pide a Gómez Arias que le envíe una fotografía para hacerle su retrato. Aclaró que la carta no se conoce en su totalidad y que el único fragmento es el que se publica en dicho catálogo. Coronel contó también con textos de curadores de la Galería Tate.  “Por lo tanto, el estudio químico como el académico  nos hacen concluir que la obra es de Frida Kahlo”.

 

En la conferencia de prensa estuvieron presentes Roxana Velazquez Martínez del Campo, directora del Museo del Palacio de Bellas Artes, y el curador Américo Sánchez.

Leave a Reply