Rafael Inclán, los Bichir y Francesca Guillén cantan, en la nueva cinta musical “Mosquita Muerta”

Se trata de una película entretenida,
rica en burlas, escenas jocosas
y enredos cómicos
Foto: Sitio Oficial

Ciudad de México.- 10 de octubre del 2007.- El cine musical de aquellos años en que los directores explotaron las muchas o pocas aptitudes vocales de actores de prestigio para crear éxitos en taquilla, regresó a la pantalla grande con el largometraje “Mosquita muerta”, en el que algunos histriones cantan, y bien.

La proyección privada del filme, cuyo guión y dirección es de Joaquín Bisser, tuvo lugar este miércoles ante su inminente estreno a fines de este mes.

En el reparto destacan Bruno y Odiseo Bichir, Denisse Gutiérrez, Rocío Verdejo, Rafael Inclán, Martha Aura, Francesca Guillén y Andrés Bonfiglio.

Ellos cantan al compás de los acordes de Chacho Gaytán y las letras de Norma Magaña. Además bailan como los grandes maestros con las coreografías de Lorena Scotto.

Es una película mexicana de 2006, con una duración de 97 minutos, y fue presentada el año pasado en el Festival de Cine de Acapulco.

Lo que se ve en pantalla es un filme que recuerda a las películas mexicanas de antaño, en las que actores o cantantes interpretaban temas musicales, sin necesidad de crear un todo o un concepto de comedia musical; es la narración, a manera de canto, que algunos personajes hacen de sus experiencias.

En la trama, “Marcelo” y “Sofía” son un joven matrimonio que se ama con pasión. El es un reconocido director de cine y ella una dedicada maestra de preparatoria. A pesar de su apasionada entrega, ellos son la típica pareja que tiene poca comunicación entre sí, lo cual es una mancha en su vida.

Ella es celosísima y sospecha que su marido tiene algo que ver con su asistente “Sabrina”. “Marcelo”, a su vez, cela a su mujer creyendo que ella le pinta los cuernos con un compañero de trabajo, “Rubén”, maestro de educación física, quien según ella se ve a leguas que milita en “el bando opuesto”.

La preparación de los actores a nivel vocal corrió a cargo del músico Willy Gutiérrez, mientras que Gaytán se encargó de la producción. Es la primera vez que Chacho hace cine y al parecer lo atrapó, pues lejos de exigir una técnica perfecta a los actores, les pidió una buena interpretación.

El caso es que un día “Isabel”, la hermana menor de “Marcelo”, le pide consejo a “Sofía” sobre cómo perder su virginidad, ya que le ha llegado el momento de “convertirse en mujer” con su simpático novio “Ricky”.

“Sofía” le aconseja que siempre use condón, por lo que corre a comprar cientos. Eran tantos, que le da a “Sofía” unas tiras de condones y ella guarda los restantes en su bolso.

Es ahí cuando accidentalmente “Marcelo” descubre sin querer en la bolsa de ella los preservativos, con lo que cree corroborar sus sospechas de infidelidad. Aconsejado por su primo “Pepe”, un divertido golfo y parrandero, “Marcelo” llega a la conclusión de que si ellos no usan condón, y ella guarda varios en su bolsa, es seguro que ¡le pinta los cuernos! Y es ahí cuando inician varias situaciones que desatan la comedia fílmica.

La película cambió su nombre “El que come y canta, loco se levanta”, por el de “Mosquita muerta”, debido a que el anterior era poco comprendido por el público. Falta decir que en la trama y dentro del matrimonio, se usan palabras jocosas, candentes, y algo subidas de tono.

Se trata de un cine entretenido, rico en burlas y enredos cómicos. Funciona como una comedia con altas probabilidades de éxito, pues el público ahora quiere verse retratado en la pantalla grande haciendo sus recurrentes escenas de celos, que pasan de inmediato al beso y arrumaco. (Notimex)

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