PEF 2007, el de Gil Díaz y Fox

POR LA ESPIRAL
  Claudia Luna Palencia

 

-PEF 2007, el de Gil Díaz y Fox
-En lo general no hay cambios
-Modificaron precio petróleo

 El paquete económico para el 2007 es prácticamente el mismo presentado en abril de este año por Francisco Gil Díaz, entonces titular de la Secretaría de Hacienda, en una maniobra adelantada ante la recomendación de un grupo de asesores de contar con un presupuesto previsor  en un año electoral tan álgido.
 Este hecho en cuestión se lo comentamos varias veces en POR LA ESPIRAL, y la actual presentación del paquete económico, antes del 5 de diciembre, por parte de Agustín Carstens, nuevo secretario de Hacienda en el equipo recién nombrado por el presidente Felipe Calderón confirma que ante la premura, tras los acontecimientos políticos, prácticamente al nuevo equipo en el gobierno le quedó muy  poco tiempo para realizar algunos ajustes al presupuesto preparado desde el mes de abril por Gil Díaz y su equipo.
 Considero que los criterios siguen siendo consistentes: en  abril  Gil Díaz propuso para el 2007 un PIB de 3.6%, una inflación del 3% y un déficit cero en finanzas públicas, que son los mismos lineamientos recogidos en el paquete de Carstens para el próximo año.
 Algunas pinceladas en los que se logró (ante la premura) realizar  modificaciones tienen que ver con la estimación del tipo de cambio, en el proyecto de Gil Díaz se incluye una base de 11.18 pesos por dólar, en el de Carstens de 11.20 pesos por dólar; el precio del barril recibe una modificación a fin de estirar un poco los ingresos esperados por el gobierno; con Gil Díaz el modelo se corrió con un precio de 37.5 dólares por barril y con Carstens se aventuraron a 42.5 dólares por barril.
 Empero, en general, la base es herencia de la administración pasada encapsulada en los gastos estériles, inclinados hacia el  gasto corriente y menos al de inversión; menos para educación, ciencia y tecnología, menos para aulas y universidades, más para el pago de privilegios de sindicatos de educación.
 El anuncio para el 2007 es el que de forma anticipada nos dieron a conocer en los primeros meses de este año: habrá un menor crecimiento en la economía mexicana porque su principal socio comercial, Estados Unidos, está desacelerándose, por ende, la consecuencia directa en la industria maquiladora de exportación y el ritmo industrial que empieza a acusar algunos estragos.
 Primordialmente, se preserva la política monetaria a cargo del Banco de México, como celador de que la inflación concurra lo  más posible en línea del 3% aunque la economía avance a un menor ritmo, primeramente hay que  cumplirles a los socios comerciales.
 Del déficit cero, un gobierno protector de la salud de las finanzas públicas, como si se tratara de una moderna empresa privada, olvida que el sector público tiene otras connotaciones y que con tantas prioridades sociales, de obra e infraestructura, un déficit marginal es permitido y necesario.
 Para el 2007, la nueva administración tendrá menos dinero para gastar y deberá actuar de manera compatible con la política monetaria del Banco de México, de una inflación del 3%, que implica cuidar la base monetaria y reducir la contratación laboral.
A COLACIÓN
 Veamos cuáles son las evaluaciones de algunas casas de análisis privadas al respecto de los criterios generales de política económica para el 2007 que incluyen la Ley de Ingresos y el Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación.
 Para Scotiabank Inverlat, entre los sectores económicos que tendrán apoyos destacados por ser detonadores del empleo, se mencionan la vivienda, el turismo y el agropecuario, los cuales recibirán respaldos especiales de la banca de desarrollo.
 Desde la perspectiva del grupo, los principales riesgos que podría enfrentar el marco macroeconómico considerado para el próximo año son: un menor crecimiento de la economía de Estados Unidos; mayores presiones inflacionarias en Estados Unidos, la aplicación de una política monetaria más restrictiva; y precios internacionales del petróleo por debajo de la estimación.
“Entre los cambios tributarios más sobresalientes podemos mencionar el mayor gravamen al consumo de tabaco, la deducción de la inversión en  automóviles se reduce de 300 mil pesos a 150 mil pesos y el incremento de 16% a 22% en la tasa de tributación de las personas morales dedicadas al sector primario”.
 Scotiabank Inverlat enfatiza que entre lo más destacado al interior del gasto cabe mencionar el incremento de 6.9% respecto a lo programado en 2006 en el gasto en desarrollo social, el aumento de 11.5% en desarrollo económico, la ampliación de 56.4% en la asignación prevista para el Seguro Popular, aumentos de 24.2% y 37.1% a los presupuestos de las Secretarías de Salud y Turismo, respectivamente.
En general, el gasto propuesto del sector público es superior respecto al programado el año anterior, sin embargo, en relación a lo ejercido es inferior, ya que los fuertes ingresos excedentes por los elevados precios del petróleo en  2006 (superiores al precios estimado de referencia) permitieron un gasto considerablemente superior al presupuestado. En 2007, lo más probable es que tal situación no se repita.
“En términos generales, el paquete económico es consistente, responsable y congruente con la realidad estructural del país y con la continuidad de la estabilidad macrofinanciera”.
 Por su parte, Estudios Económicos y sociopolíticos de México, de Banamex, comenta que el documento no presenta sorpresas. “En los supuestos macroeconómicos el gobierno asume adecuadamente un escenario de menor crecimiento económico, así como una caída en el precio del petróleo derivada de los lineamientos de la ley fiscal. Por lo tanto, se estiman menores ingresos y gasto público respecto al cierre previsto para el 2006, en virtud de que no se presenta ninguna reforma fiscal recaudatoria”.
 Banamex indica que los  programas sociales de campaña se introducen como una reorientación del gasto en general y del social en particular; aunque el rubro en su totalidad, disminuye; caso contrario en el caso de seguridad, donde aumenta. Además, se plantean ligeras reducciones en exenciones fiscales, disminución de costos administrativos y mayor eficiencia tributaria.
 En tanto el equipo de Santander Serfin advierte de un  menor dinamismo de las exportaciones, aunque se estima que el mercado interno seguirá con buenos resultados, lo que permitirá compensar en parte el posible impacto externo. De manera que desde luego las principales variables de riesgo son el desempeño de la economía estadounidense y el comportamiento de los precios del petróleo en los mercados internacionales.

 

 

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