Competencia: un ojito a la banca

Por la espiral
Claudia Luna Palencia

-Competencia: un ojito a la banca
-Los cuatro que dominan
-CEPAL, puntos de vista

En un mundo económico alterado por diversas distorsiones endógenas y exógenas es difícil encontrar un mercado operando cabalmente en la ruta de la competencia leal con la premisa de que el cliente es primero en precio, innovaciones y calidad.
 Uno de los mercados más complejos tiene que ver con el cosmos financiero propiamente con uno de los negocios más añejos de la historia de la humanidad, como lo es el bancario.
 Todo lo que engloba la actividad bancaria responde a características propias de cada país, en unos casos más vanguardista que en otros.  Por tanto es de naturaleza sofisticada y compleja.
 En México, la  banca en su mayoría extranjerizada, es el resultado de una serie de transformaciones que nos obligan a mirar al pasado más reciente, al menos los últimos 19 años (desde la nacionalización) hasta la fecha de la venta de Banamex al estadounidense Citigroup-Citibank.
 Desde luego que esta metamorfosis ha tenido y tiene un impacto en los clientes de la banca, unos que creyeron en que la privatización y la creación de grupos financieros auspiciados por el presidente Carlos Salinas de Gortari, les redundarían en beneficios; y otros tantos más que confiaron en que antes que dejar quebrar a un banco había que rescatarlo, sanearlo y venderlo a un extranjero, como pasó con el presidente Ernesto Zedillo.
Total tenemos una mayoría de bancos extranjeros (16), que de acuerdo a las estadísticas emitidas por la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), en el Boletín de Banca Múltiple,  podemos analizar que cuatro instituciones foráneas acaparan, puntualicemos, concentran las actividades torales de la cartera crediticia y lo relacionado a la captación de recursos vía el ahorro.
A marzo del  2006, por el lado de los activos la correspondencia es la siguiente entre los principales bancos dominantes que se reparten la mayoría de todo el pastel: BBVA Bancomer 23.04%, Banamex 20.52%, Santander 16.08% y HSBC 11.26%; entre los cuatro acaparan el 70.9% del total de activos de la banca en México.
Otro referente, la captación total, obligaciones y reportos, en este rubro BBVA Bancomer concentra el 25.47%, Banamex 20.14%, Santander 15.24% y HSBC el 12.04%; en total, estos cuatro bancos tienen en sus manos el 73.16% de todos los ahorros que depositan los mexicanos en diversos instrumentos.
Observemos el comportamiento de estos bancos en algunas áreas vitales como la colocación de crédito,  antes quiero comentar que nuevamente tanto las personas como las familias registran niveles de endeudamiento muy importante, sobre todo en el segmento del crédito al consumo, por ello es de especial interés conocer la forma en cómo sucede la concentración en la cartera de crédito, porque este hecho es revelador de que no puede suceder una competencia real entre cuatro bancos con programas muy similares y comisiones de las más altas.
En la cartera de crédito total, la participación de BBVA Bancomer  es de 28.01%, Banamex 16.65%, Santander 14.22% y HSBC 11%; los cuatro suman el  69.88 % de la cartera de crédito total.
Dentro de ésta, en el segmento al consumo los créditos concedidos son administrados el 29.72% por BBVA Bancomer, 26.36% por Banamex, 11.56% por Santander y 10.31% de HSBC; entre lo cuatro suman el 77.95% de los créditos otorgados a los mexicanos.
Del rubro de la vivienda sucede una situación preponderantemente  marcada en el dominio de una institución en los créditos de vivienda, hecho del  que alertamos puntualmente a la Comisión Federal de Competencia (CFC) a fin de evitar que, en poco tiempo,  una sola institución se ostente como el ente colocador del 50% o más, del financiamiento a la vivienda, ese banco es  BBVA Bancomer.
A marzo del 2006, la colocación del crédito a la vivienda es la siguiente: BBVA Bancomer el 45.04%, Banamex 13.51%, Santander 6.98% y HSBC 8.97%; entre los cuatro manejan el 74.5% de los créditos de vivienda que otorga la banca en México.
A COLACIÓN
 Siempre he creído que poseer altas cuotas de un determinado mercado es dañino para la economía, la eficiencia de costos, la relación oferta y demanda, y sobre todo para las alternativas del consumidor.
 Desde mi punto de vista la banca en México opera como un oligopolio, lo infiero aunque no tengo forma de comprobar que estos cuatro bancos mantienen una comunicación estrecha para ponerse de acuerdo en sus políticas y conspirar en programas, comisiones, tarifas, tasas de interés y margen de intermediación.
 Al mismo tiempo hemos sostenido y analizado que la banca es ineficiente, que la extranjerización no cumplió con mejorar el sistema,  hacerlo competitivo, y que muchos costos adicionales han sido trasladados al consumidor como las comisiones cada vez más generalizadas y altas.
 Igual hemos cuestionado el rol del Banco de México para establecer mecanismos para reducir los enormes diferenciales entre las tasas de interés activas (las que cobran los bancos por el costo del crédito) y las tasas de interés pasivas (las que pagan los bancos a los ahorradores), el diferencial entre ambas, el spread, es un parámetro de la ineficiencia de los intermediarios financieros en el país.
 Al respecto esta semana he leído con bastante atención un documento  que en lo particular celebro por proporcionar otro punto de vista analítico del acontecer de la  banca en México, me refiero al estudio “Competencia bancaria en México”, de Marcos Avalos y Fausto Hernández, de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
 Me resultó una paradoja conocer que por ejemplo en otros países como Finlandia (también enfrentó una crisis financiera en los noventa) tres bancos concentran más del 97% de los activos bancarios y no obstante  el sistema opera con eficiencia, bajas tasas y la más baja tasa de intermediación  en el mundo.
 Para el caso de México Avalos y Hernández señalan que: 1) El sistema bancario está lejos de ofrecer una intermediación financiera eficiente. 2) La penetración financiera permanece muy baja respecto a los estándares internacionales. 3) La razón principal de los altos costos de la intermediación financiera en México se debe a los obstáculos impuestos a la competencia.  4) La  banca posee nichos donde no enfrenta competencia, como es el caso de las tarjetas de crédito. 
 Coincido con los autores en que la Comisión Federal de Competencia tiene que echarle una miradita al segmento de las tarjetas de crédito, adicionalmente sugiero que haga lo mismo en el caso de BBVA Bancomer y el rubro de los créditos a la vivienda.

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