Józef Olechowski rinde homenaje al compositor mexicano Ernesto Elorduy en dos discos

Portada de un disco lleno de delicadeza
y a la vez de una incontenible fuerza.

Por Gregorio Martínez Moctezuma

Corresponsal Azteca 21

Ciudad de México. 7 de febrero de 2006. Ernesto Elorduy es uno de los primeros músicos mexicanos que compone su obra después de haber tenido una destacada formación musical y cultural en Europa, de haber viajado y de poseer un talento para expresar –describir– sus sentimientos y emociones a través de la música.

Lo anterior es importante dado el contexto en que vivió este compositor mexicano al que el pianista polaco Józef Olechowski rinde homenaje en dos discos compactos: “Obras del romanticismo mexicano de Ernesto Elorduy (1855-1913)”, cuyo volumen I se intitula “Alma y corazón” y el II, “Obsesión”, editados por el sello discográfico mexicano Quindecim Recordings en 2004, luego de sendos conciertos realizados y grabados en la Sala Nezahualcóyotl del Centro Cultural Universitario de la UNAM en 1994 y en la Sala Blas Galindo del Centro Nacional de las Artes en 1995, respectivamente.

Y digo “rinde homenaje” porque eso es lo que representa –después de la grabación de los discos– escuchar la música del compositor zacatecano en estos volúmenes deliciosos por varias razones, especialmente por la fuerza, emotividad y sensibilidad que el intérprete pone en cada ejecución, logrando transmitirnos no sólo el mensaje musical del compositor, sino también el espíritu de una época, el color de un ambiente.

Así es, al escuchar esta música llena de recogimiento, de impulsos, de intenciones, de delicadeza e incontenible fuerza, según la pieza, no es difícil cerrar los ojos y dejarse transportar por las cadencias de la música e imaginar cualquier escena y paisaje romántico en el más pleno sentido del término, musical y literariamente hablando.

No es exagerado afirmar que, al desgranarse limpia, intensa y emotivamente cada nota, el alma se transporta a otros ámbitos, el espíritu vibra –sí, es una música vibrante que hace vibrar– y la obsesión del compositor se trasluce nítida, casi transparente, dependiendo de cada tema. Deliberadamente omito citar o referir las piezas que pueden ilustrar mis afirmaciones, y lo hago así por una sencilla razón: no sería justo.

Prefiero mencionar más adelante todo el contenido de los discos y sugerirle al lector –amante de la buena música– que consiga este material discográfico a la brevedad y se sumerja en el océano romántico de Ernesto Elorduy, formado musicalmente en Europa y consagrado en México, su país, como compositor e intérprete.

El primer disco, “Alma y corazón”, contiene 19 piezas: “Alma”, “Corazón”, “María Luisa”, “Tres danzas tropicales”, “Dos acuarelas”, “Rosita”, “Dos danzas de salón (Ella y Juventud)”, “Je Vois Impiore”, “Canción árabe”, “Tres danzas (Brisas costeñas)”, “Soñadora” y “Mazurca apasionada”. Por su parte, “Obsesión” incluye 25 piezas: “Caprichosas (Cuatro danzas)”, “Toujours”, “Polaca”, “Recuerdo de Sevilla”, “Berceuse en fa”, “Mazurca en fa”, “Mignon”, “La casita de marfil”, “A toi!”, “Ojos negros”, “‘Huichis’ a Raquel”, “Gavota”, “Cariñosas (Dos danzas)”, “Serenata árabe”, “Polonesa”, “Nebulosa”, “Berceuse en sol” y la que da título al disco: “Obsesión (Romanza sin palabras)”.

Por supuesto, se advertirán las influencias y presencias musicales (en aquellos años, ¿qué no se imitaba?), pero también los aciertos y las aportaciones, la peculiar marca del autor.

Sí, un digno homenaje del pianista polaco Jósef Olechowski –profundamente relacionado con México– a un compositor al que, como indica Ricardo Miranda en el texto introductorio que acompaña a los discos, aguarda una necesaria revalorización. “Alma y corazón” y “Obsesión” –homenaje en sí mismos– ayudan significativamente a lo que señala el musicólogo Miranda. Y agrega: “Elorduy es a la vez un personaje histórico por demás seductor y un compositor cuya obra debe ser reconocida, escuchada nuevamente y puesta al alcance del público de nuestro país”. Así, sólo queda desear que el lector contribuya a revalorar la música de Ernesto Elorduy. Consiga los discos, créame, será un verdadero placer.

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