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Jorge Martínez Zapata, un gran músico mexicano
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Por Gregorio Martínez Moctezuma
Corresponsal Azteca 21
Ciudad de México. 9 de septiembre de 2005. Hace unos días, se realizó la presentación de dos discos excepcionales en el horizonte musical mexicano: “San Luis Jazz. Homenaje a Jorge Martínez Zapata” y “Vertientes encontradas”, los cuales deben su carácter de excepcional a varios motivos: son discos de jazz mexicano, muestras de la excelente calidad de nuestros jazzistas, producto de la conjunción de esfuerzos y, sobre todo, un merecidísimo reconocimiento a la trayectoria de un gran músico mexicano: Jorge Martínez Zapata.
Abundo en esos motivos: en el primero de los discos mencionados se puede hablar netamente de jazz mexicano, puesto que participan músicos que por sí solos son una muestra de vitalidad y calidad del jazz nacional —Enrique Neri, Héctor Infanzón, Efrén Capiz, Juan Alzate, por mencionar unos nombres—; es loable la colaboración entre la Secretaría de Cultura de San Luis Potosí (SCSLP) y el CONACULTA —a través de la Dirección General de Vinculación Cultural— que da como resultado productos de calidad, los cuales son testimonio de la diversidad y riqueza cultural de nuestro país, y el reconocer a un hombre cuya impronta indeleble forma parte de la historia del jazz en México.
Este evento singular se efectuó en la Quinta Margarita del Museo Nacional de Culturas Populares con la participación musical de los maestros Martínez Zapata, Arturo Cipriano y el grupo Pangea (antes NGP Trío), así como de Eduardo Vázquez Martín y Xavier Quirarte, quienes expresaron su reconocimiento al maestro potosino.
Vázquez Martín señaló que el disco “San Luis Jazz” representaba la culminación de un homenaje necesario a un hombre que ha desarrollado una incesante labor en pro del jazz y de la música mexicana, en el que participaron más de diez agrupaciones en noviembre del año pasado en la capital potosina.
“Así, para nosotros es muy importante presentarlo esta tarde en la ciudad de México, ante esta ‘inmensa minoría’, como decía Paul Valéry de la poesía”, aseguró el funcionario de la SCSLP, en alusión a los amantes del jazz presentes en esa fría tarde sabatina en Coyoacán.
En “San Luis Jazz. Homenaje a Jorge Martínez Zapata” participan, además de los músicos ya mencionados, los grupos B4, Cantera, NGP Trío, Huazzteco, Sociedad Acústica de C.V., Macolia, Bioma, Justo Almario y el propio Jorge Martínez Zapata.
A su vez, el crítico y músico Xavier Quirarte afirmó que la colección “Sonoridades”, editada por la SCSLP e ideada por Fernando Carrillo, su director de Descentralización, es diversa y con miras de proyectarse más allá de lo regional. “Como dijo David Soraiz, director artístico de ‘Sonoridades’, se ha optado por grabar no sólo a los grupos de la capital potosina, sino de diversas zonas del estado y de las más variadas propuestas”, indicó.
“Muchas cosas hacen a un maestro, pero sobre todo su capacidad de pregonar con el buen ejemplo. En este caso, provocar a que quienes vienen detrás busquen su propio camino. Como lo hace el piano de Martínez Zapata al vestir la célebre ‘Sanmarqueña’ con un ropaje donde palpitan nuestros ritmos latinoamericanos con nuestro jazz”, añadió el también autor de “Ritmos de la eternidad”.
Antes de deleitarnos con su música, el maestro Martínez Zapata hizo uso de la palabra: “Vamos a improvisar. Yo pensaba empezar con una pieza clásica del jazz, pero he decidido tocar primero música mexicana, a la que, por cierto, creo que aún le falta mucho camino por recorrer. Sigo creyendo que todavía está por llegar el músico sinfónico que le dé verdaderos aires de grandeza, tal como en su momento lo hizo Silvestre Revueltas”.
Posteriormente, Martínez Zapata tocó tres piezas que vienen incluidas en “Vertientes encontradas”, el segundo disco que se presentó esta tarde, en el cual encontramos temas ya clásicos de Thelonious Monk, Bill Evans, Antonio Carlos Jobim, Chick Corea, Wayne Shorter, Sonny Rollins, así como versiones de sones huastecos: “La rosa”, “El gusto” y “La petenera”, de Elpidio Ramírez; del huapango “Qué bonita es mi tierra”, de Rubén Fuentes; de sones jarochos como “El balajú”, de Pedro Galindo, y los tradicionales “El jarabe loco” y “El cascabel”, además de composiciones del músico potosino, entre otros.
Después, Jorge Martínez Zapata invitó a compartir escenario a su paisano y colega Arturo Cipriano. “Desde hace mucho tiempo queríamos tocar juntos esta pieza, pero no se había dado la ocasión; ahora quiero aprovecharla. Arturo Cipriano también comparte mi interés por lo potosino, por hacer música desde lo mexicano”, comentó antes de una magnífica interpretación de “Preludio para un beso”, de Duke Ellington, en la que pianista y flautista se prodigaron para hacer, con este tema, ya inolvidable la tarde. Pangea fue el grupo encargado de ponerle un digno cierre jazzístico a la presentación de los discos citados.
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