“Sirenas al ataque. Mujeres rockeras mexicanas”, un disco que aglutina solo a las mejores exponentes

El CD es producido
 por ‘Ediciones Pentagrama’

Por Gregorio Martínez Moctezuma
Corresponsal Azteca 21

Ciudad de México. 23 de marzo de 2005. Sin duda, el rock mexicano tiene muchos orígenes y muchas vertientes, y dentro de éste caben muchos grupos y tendencias; discusiones ha habido y habrá respecto de estos tópicos. No obstante, es indudable que las mujeres, como en muchos otros campos de la vida cultural y social, han enfrentado más dificultades que los hombres para ser tomadas en cuenta. Ejemplo de ello, como un botón de muestra, está el grupo “Flor de metal”, que a pesar de su calidad y originalidad tuvo que sucumbir ante la falta de espacios y oportunidades donde presentar su música.

En este contexto, el disco compacto “Sirenas al ataque. Mujeres rockeras mexicanas”, producido por Ediciones Pentagrama, viene a ser un testimonio musical de la mayor importancia porque en él se reúnen 17 temas de mujeres que han elegido —o eligieron— al rock como vía de expresión, como el camino idóneo para recorrer su sendero vital, artístico, a pesar de que sabían y saben que no era ni es fácil, que los escollos eran o son casi insuperables para llegar a grandes públicos, para entrar en los medios, para que su esfuerzo y quehacer musical sean conocidos más allá de los “aferrados de siempre”.

Estamos hablando, cabe aclarar, de mujeres auténticamente comprometidas con su arte, con su elección. Así, en “Sirenas al ataque” encontramos a Margarita Bauche, Baby Bátiz, Gilda Méndez, Ela Laboriel, Yekina Pavón, Norma Valdez (del grupo Cosa Nostra), Mayita Campos, Sola, Carmen Hernández Ochoa (del grupo La Fachada de Piedra), Emilia Almazán, Hebe Rosell, Nohemí D’ Rubín y Rosa Flora Moreno (del grupo Iconoclasta), Cecilia Toussaint, Nina Galindo, Flor de Metal (Sibila de Villa, Gabriela García y Norma López), Tere Estrada, Mujeres en Fuga (Laura Abitia, Tere Estrada, Adla Cano y Ana Pizarro), Rosina Conde, María Elena Sánchez (del grupo “La Perra”) y Marisa De Lille dando muestras de ello.

Mujeres emblemáticas, mujeres talentosas, creativas, poseedoras de una gran sensibilidad y rebeldía, resistencia y dignidad, que son, en definitiva, “las mujeres del rock en México”. Como señala Tere Estrada, también coordinadora del proyecto, en el texto que acompaña al disco: “Desafortunadamente no están todas, para ello necesitaríamos hacer varios volúmenes. Esto es sólo una pincelada de lo que las mujeres en el rock han realizado a lo largo de cuatro décadas. ‘Sirenas al ataque’ es la historia de intérpretes, compositoras, instrumentistas, managers, periodistas, productoras, ingenieras y locutoras que abrieron brecha, y se atrevieron a incursionar en el espacio que se consideraba masculino del rock. La mayoría de las propuestas aquí presentadas son inéditas o poco conocidas y producidas de manera independiente. Casi todas las artistas son dueñas de sus derechos, lo que facilitó la recopilación del material”.

Así, en “Sirenas al ataque” podemos encontrar muestras de las distintas tendencias y diferentes estilos que se han registrado en el panorama del rock mexicano desde la perspectiva de las mujeres a partir de los años sesenta hasta nuestros aciagos días. Por supuesto, cada quien sabrá reconocer sus preferencias, similitudes y diferencias, conocer propuestas heterogéneas, recordar algunas rolas muy identificadas con momentos históricos determinados; lo cierto es que “Sirenas al ataque” es un disco que, además de proporcionar momentos de goce musical, también es una especie de homenaje a estas artistas que han dado el ejemplo de que querer es poder, de que sin ellas, de algún modo, el México de hoy no sería el mismo que disfrutamos.

En cuanto al material, Bauche canta “Acuario”; Bátiz, Méndez, Laboriel y Pavón dan vida a “Soy el agua”; Valdez interpreta “Cosa Nostra”; Campos, “Mi juramento”; Sola, “20 años después”; Hernández Ochoa, “El callejón sin salida”; Almazán, “De carne y hueso”; Rosell, “X’ocen”; D’ Rubín y Moreno, “La era de los metabolismos tecnológicos”; Toussaint, “La primera calle de la soledad”; Galindo, “El último deseo”; Flor de metal, “Ganas”; Estrada, “Esquinas desiertas”; Mujeres en fuga, “Brujas”; Conde, “Hoy traigo el blues”; Sánchez, “El corrido”, y De Lille, “Pensando frente al mar”.

Por último, puedo decir que el material, amén de diverso, es de excepcional calidad interpretativa y musical. Yo destacaría, para mi gusto, la magnífica voz de Sola —una verdadera revelación—, la intensidad de Mayita Campos, la energía de Toussaint, el sentimiento de Galindo, la pasión de Iconoclasta, la magia de Flor de Metal, la fuerza de Mujeres en Fuga, la profundidad de Conde; en fin, “Sirenas al ataque” es un disco entrañable, auténtico, representativo y, como se decía antaño, de colección.

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