Lila Downs, canta con orgullo indígena

Anna Lila Downs

El Universal

Lila Downs, es la poeta México-norteamericana que canta la lengua de sus ancestros femeninos

Hay un tema del que Anna Lila Downs Sánchez se siente muy cercana: la muerte. Como buena mixteca, orgullosa de sus raíces, afirma con palabras que erizan la piel y zumban como eco por los rincones de su casa de adobe en Coyoacán, repleta de santos, fetiches, vírgenes de Guadalupe y un intenso olor a incienso, que estar cercano a la muerte "te vuelve más poeta".
Así Lila, es la poeta México-norteamericana que canta la lengua de sus ancestros femeninos; es, sin embargo, mitad oaxaqueña, mitad neoyorquina, mitad chilanga, mitad Mixteca. Muy cercana a la Casa Azul de Frida Kahlo, de quien la gente le dice que guarda parecido, su hogar está en una de las viejas vecindades del barrio sureño. Ahí la vida de Lila se desarrolla entre su cocina –que busca emular a las de la sierra oaxaqueña, aunque aderezada con bolsitas de café del Jarocho y yerba Mate– y su vida moderna en la Manzana de Hierro, entre las grabaciones, las giras y mucho trabajo.

Actualmente promociona su cuarto disco "Una sangre/One Blood" en México, Estados Unidos y Europa. En su nuevo álbum, Lila Downs rinde un tributo a las mujeres, en especial a su madre, "a la lucha en la sangre y la manera ceremoniosa de darle frente a la vida o a lo que venga. "Siempre he mantenido ese punto de vista, pero ahora lo reafirmo porque tal vez tiene que ver con mi edad.

Ahora me siento con esa necesidad, y de hacerle tributo a mujeres que admiro, como Digna Ochoa, que dio su vida por lo que ella creía". En su vida cotidiana, Lila Downs hace yoga y aprendió a hacerlo como un ritual más que le ayuda a estar en balance con el medio ambiente. "Creo que es la madre que me amamanta diario porque de esa cercanía con la naturaleza parte todo lo demás. La necesidad de abrazar el árbol y hacer esas cosas, te vuelven a la tierra".

Lila dice encontrarse en el punto en que deseaba estar cuando apenas iniciaba, ser reconocida, cantarle y venerar a sus raíces y hasta grabar con EMI que le permite tener mejor distribución, sin embargo, ha ingresado a un fuerte proceso de trabajo.

"Ayer lo pensaba, porque me está visitando mi mamá de Oaxaca y en este año no nos habíamos visto y ella me dice, mira es que así es la vida. Llegas a un punto en que eres muy productivo y ya seas comerciante o lo que seas, tienes que ponerle muchas ganas. Yo creo que sí ha habido sacrificios de ese tipo y de querer estar con las comunidades en las que yo crecí en la Mixteca, pero por el trabajo de difusión y de la música como que va más para la ciudad y el extranjero".

-Es curioso porque cantar acerca de tus orígenes te hace alejarte de ellos…

-Claro, siempre ha sido así mi vida, y tal vez por eso esté un poco acostumbrada a lidiar con eso porque siempre era de irme un rato a EU y luego aquí. Entonces para ayudar a eso pierdes lo que tienes emocionalmente, buscas material que te haga sentir, y la música me ha ayudado a superar ciertas debilidades emocionales que he tenido cuando estoy alejada de mi familia, allá en Nueva York. Por eso grabamos "Paloma Negra" porque es una canción que mi mamá me ha pedido mucho y fue muy importante para mí porque esa nostalgia que se crea en tu alma cuando estás lejos es muy difícil.

Fuera de la música, a la cantante le satisface cultivarse "como persona, como humano en el mundo porque soy una hormiguita más de todas las millones que andamos". Se dice muy inquieta y siempre con el tesón de búsqueda.

"Creo que como esencia ya venimos programados, en la sangre viene y en el destino, pero depende de ti cual escoges. Soy muy curiosa y eso se traduce en mi música, en las cosas que canto y leo. ".

Tampoco le teme a los cambios y, por el contrario, los busca. "No les tengo miedo, me dan alas, hay que cambiar siempre".

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