“Pornografía”, de Naief Yehya

Un libro aleccionador
 en muchos sentidos

Ciudad de México. 16 de agosto de 2004. Sin duda, es un placer enorme leer un buen libro, particularmente cuando -por diversas razones- logra establecer un diálogo con el lector, una comunicación abierta y franca que redunda en la satisfacción por haber adquirido nuevas luces sobre determinado tema, tomando en cuenta sobre todo si se trata de un libro informativo, de divulgación.

Lo anterior aplica cabalmente respecto del nuevo libro publicado por Naief Yehya, "Pornografía. Sexo mediatizado y pánico moral", que recientemente puso en circulación bajo el sello de Plaza y Janés. En este libro, Yehya nos brinda una verdadera lección de cómo abordar un tema y dejarse seducir completamente por él.

No podemos dejar de lado que incluso ahora, en los albores del siglo XXI, el tema de la pornografía sigue siendo motivo de polémica, cuando no de escándalo. Sin embargo, el autor logra algo que merece elogio: sin hacer un panegírico del tema nos hace concientes de que la pornografía viene desde hace miles de años acompañando al hombre y nos brinda elementos para poder formarnos una idea concreta y tolerante sobre el asunto.

Este no es un mérito menor. Además, debemos agradecer al autor la abundante información y una prosa clara y sencilla que nos permite aproximarnos fácilmente al complejo mundo de la pornografía. Son cualidades poco comunes la de poder manejar mucha información -de primera mano y de diferentes puntos de vista- y la de saber expresarla o comunicarla sin hacerse "bolas", sin entorpecer la lectura. Yehya logra esto de manera formidable.

Desde el comienzo revela sus intenciones: "El objetivo de este ensayo es realizar una historia crítica de la pornografía desde la perspectiva de alguien que ha estudiado el impacto de la tecnología en la cultura. Así, la intención es desmontar el fenómeno pornográfico, a lo largo de sus diferentes fases, es sus partes para tratar de entender en qué consiste su poder transgresor. Para esto, exploraremos su historia, analizaremos su lenguaje, sus íconos, sus fórmulas y sus mitos".

Y desarrolla puntualmente sus propósitos, sus planteamientos, aunque tampoco desconoce las dificultades a las que se enfrenta: "Uno de los principales problemas para entender este fenómeno es que la pornografía puede ser a la vez una clasificación moralista, un producto, un fenómeno y una cultura". Lo que a su vez determina que el autor visualice el problema desde un punto de vista múltiple, no desde un solo enfoque.

También se enfrenta al eterno problema de definir la pornografía, pero no lo convierte en un asunto que le quite mucho tiempo y esfuerzo. Sabedor de la complejidad inherente a cualquier definición, plantea una posibilidad amplia e incluyente: "Desde su invención ha sido siempre más fácil determinar la pornografía por sus efectos en quienes la ven que por su contenido. Pero como dichos efectos son meramente subjetivos, la manera en que éstos serán interpretados para elaborar una definición responderá inevitablemente a la postura ideológica de quien la haga."

Así las cosas, resulta fascinante introducirse en la historia de la pornografía, en sus raíces etimológicas, conocer acerca de algunos de sus principales cultivadores, como Pietro Aretino, Restif de la Brétonne y Daumier Alphonse François de Sade -mejor conocido como "el divino marqués"-, el poder seductor de las fotos, de las imágenes, en suma, en el universo atrayente y polémico de la pornografía.

Por último, este libro, como señala su autor, nos invita a buscar "en la sintaxis, tramas y obsesiones de la pornografía lo que nos inflama, excita, indigna, repugna, avergüenza y preocupa hasta la compulsión o la adicción". Además, cabe destacar que el autor abarca desde los orígenes de la cultura hasta la era de la Internet. Y también agrega una abundante e importante bibliografía sobre el tema. En fin, "Pornografía", de Naief Yehya, es un libro aleccionador en muchos sentidos. Léalo y lo comprobará.

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