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El libro ‘La Verdadera
Gramática’, de Ernesto
Cuervo, será presentado
el 30 de septiembre ante
el pleno de la Real
Academia Española.
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Monterrey, México (3 agosto 2004).- Esbelto y gallardo, como el mismísimo Don Quijote de la Mancha, Ernesto Cuervo es recreado en la portada de su libro La Verdadera Gramática con una ilustración en la que aparece derribando molinos de viento que simbolizan a la Real Academia Española.
Quién diría que esta obra, una férrea crítica del gramático tapatío, regiomontano por adopción, ingresaría a la biblioteca del órgano rector de los hispanoparlantes, con sede en Madrid, a un año de su publicación.
Hace unos días, el ex catedrático del Tecnológico de Monterrey recibió una carta diplomática de Gabriel Jiménez Remus, Embajador de México en España, en la que informa haber entregado un ejemplar de su libro a Víctor García de la Concha, director de la Real Academia Española.
"El señor director me comunicó que en el próximo pleno de la Real Academia del día 30 de septiembre lo presentará, ordenará su integración a la biblioteca y le enviarán un agradecimiento con comentarios", señala la misiva.
Hace más de medio siglo, Cuervo llegó a Monterrey como un abogado joven y recién casado. Entonces, el Tecnológico le encomendó una tarea que ya habían desechado un sinnúmero de intelectuales y maestros de letras: impartir la materia de gramática a preparatorianos.
"Todos le hacían el asco porque es una sarta de tonterías lo que escribió hace 450 años la Academia de la Lengua Española, que sabía de otros asuntos, pero no de gramática. ¿De dónde tomaba profesores de gramática si estaba surgiendo el idioma español?
"Entonces, como el castellano estaba en plena formación, ellos inventaron una gramática nemotécnica, es decir, de memoria: tú dices eso porque la Academia lo dijo", señala el maestro jubilado de 83 años.
Comprometido con la labor que le habían confiado, Cuervo leyó alrededor de 70 libros de lingüística alemana, que en el fin de la Segunda Guerra Mundial floreció al punto de alumbrar otras ciencias del lenguaje como la filología, la semántica, la estilística y la retórica.
Entre las publicaciones que llegaron a sus manos figuró La Filosofía del Verbo, de Felipe Robles Dégano, quien realizó una particular dedicatoria en su prólogo: "Escribo este libro para demostrar que todos los miembros de la Real Academia Española de la Lengua son asnos".
Esa publicación lo inspiró a enseñar gramática de otra manera. Así, las casi 100 páginas que componen su libro, presentado en la pasada edición de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, estuvieron guardadas en su mente durante casi medio siglo.
"Yo esperaba que la Academia por fin aprendiera y cambiara, que se hiciera algo decente, lógico, formal, filosófico, con base, que enseñara a no repetir, a entender, a pensar antes de hablar. Pero, al revisar los libros de secundaria y ver que no habían cambiado para nada, que es lo mismo de siempre, copia de la Real Academia que tampoco ha cambiado, decidí publicar un libro", señala.
La Verdadera Gramática llegó a la Madre Patria a través de uno de sus 11 hijos, que lleva el mismo nombre y es amigo del embajador español, quien a su vez lo entregó al director de la Academia con los resultados que ahora se conocen. Esta obra se sumaría a los más de 78 mil registros bibliográficos con los que cuenta este espacio.
" No me vanaglorio, porque es feo vanagloriarse, pero sí me da gusto por mi familia. Es una herencia cultural, es lo único que les puedo heredar", comenta.
La Real Academia Española se fundó hace casi cuatro siglos con el propósito de fijar las voces y vocablos de la lengua castellana en su mayor propiedad, elegancia y pureza.
actualmente, según se puede leer en su sitio de internet, el organismo "tiene como misión principal velar porque los cambios que experimente la Lengua Española en su constante adaptación a las necesidades de sus hablantes no quiebren la esencial unidad que mantiene en todo el ámbito hispánico".
